Al menos 53 personas han muerto y 62 han resultado heridas tras un terremoto de magnitud 6,8 en la escala de Richter que ha tenido lugar este martes por la mañana en el condado de Dingri, en la región autónoma de Tíbet, en el suroeste de China.
La agencia de noticias Xinhua ha indicado que los heridos presentan diversos grados de gravedad y que miles de casas se han visto dañadas, puesto que muchas de las que se encontraban cerca del epicentro han colapsado.
Tras el seísmo, que tuvo lugar pasadas las 09.00 hora local (02.00 hora peninsular española), con una profundidad de diez kilómetros, se han registrado medio centenar de réplicas, la mayoría de ellas por debajo del 3.0 de magnitud.
El presidente de China, Xi Jinping, ha ordenado "hacer todos los esfuerzos posibles para realizar la búsqueda y rescate" de la población. Así, ha pedido tratar a los heridos, minimizar las víctimas, prevenir desastres secundarios y reubicar a los afectados.
"Debemos fortalecer el monitoreo y la alerta temprana de terremotos, asignar materiales de rescate de emergencia de manera oportuna, reparar la infraestructura dañada lo antes posible, organizar los arreglos básicos de vivienda para la gente y garantizar un invierno seguro y cálido", ha declarado.
Por su parte, el primer ministro chino, Li Qiang, ha instado a "acelerar la verificación" de las víctimas y daños, puesto que la zona afectada por el terremoto se encuentra en una región de gran altitud y fría. "Es invierno y debemos hacer todo lo posible para garantizar la subsistencia básica y el calor de la población en la zona del desastre", ha agregado.
El gobernador de Dingri, Tashi Dundup, ha señalado que se ha organizado la evacuación segura de la población de cara a evitar el impacto de las réplicas del terremoto, mientras que se han desplegado agentes para llevar a cabo las operaciones de búsqueda y rescate.