Después del desastre de Anfield, y con más dudas que nunca sobre su capacidad de liderazgo tras ceder dos penaltis ante el Getafe, Kylian Mbappé regresaba a un gran escenario: San Mamés, para medirse al Athletic Club de Bilbao, con la presión de no fallar en Liga para evitar volver a darle ventaja al Barça. Y el francés no estuvo a la altura. Por eso, a través de un mensaje en sus redes sociales, ha asumido sus errores y se ha reivindicado para lo que viene.
Sobre el césped del templo athleticzale, el '9' del Real Madrid volvió a pecar con el fuera de juego, en la definición, con fallos en en ocasiones claras, y también desde los once metros, como ante el Liverpool, en el momento decisivo del partido.
Con 1-0 en el marcador, Julen Agirrezabala midió mal al intentar despejar una falta botada por Rodrygo y golpeó con los puños a Rüdiger en la parte posterior de la cabeza. El balón se estrelló en el larguero y, entonces, el colegiado señaló penalti. La oportunidad perfecta para Mbappé para redimirse de su error en Champions y meter al Real Madrid en el partido.
Pero Kylian lo tiró como en Anfield: demasiado flojo, sin tensión, y a media altura, a la derecha del guardameta donostiarra, que le adivinó la dirección y le negó el gol con una buena parada. Todos sus compañeros le consolaron, pero al galo se le vio muy tocado tras sumar un nuevo error.
Más aún porque, aunque Bellingham empató el encuentro empujando a la red un despeje de Agirrezabala a un zapatazo de Mbappé desde fuera del área, el Real Madrid terminó cayendo en San Mamés (2-1) y perdiendo tres puntos cruciales en la pelea por la Liga.
Tras el partido, el capitán de la selección francesa no se escondió y se dirigió a su afición con un mensaje claro: "Mal resultado. Un gran error en un partido en el que cada detalle cuenta. Asumo toda la responsabilidad. Es un momento difícil, pero es el mejor momento para cambiar esta situación y demostrar quién soy".