Hace unos días, el director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), José Donoso, presentó el informe anual de la principal asociación del sector de la energía fotovoltaica. Los datos reflejan que la producción de electricidad con energía solar está "en su mejor momento", con los 5,7 GW de nueva potencia instalada en suelo en 2023, que elevan la acumulada a 26,1 GW y hacen de España el segundo país en generación fotovoltaica de la UE solo por detrás de Alemania.
El año pasado, el sector fotovoltaico creó más empleos que el anterior y aumentó su contribución al PIB que el anterior, pero la UNEF también nubes -"desafíos"- en el horizonte. Después del 'boom' en plena crisis energética, el autoconsumo cayó un 32% con respecto a 2022 y Donoso carga especialmente contra la "barrera" a la generación al por mayor que suponen impuestos y moratorias ya en hasta seis comunidades. Según dice, la polémica por quién produce electricidad en su suelo y dónde se termina consumiendo es "nacionalismo", que sustituye el "España nos roba" por la queja de comunidades que son grandes productoras por el destino final de la electricidad.
En el informe sorprende ver que, en un sector como el de la energía solar, donde todo parece hacerse en China, las exportaciones desde España componentes aumentaron un 10% en 2023, lo que enlaza con el quebradero de cabeza de cómo hacer que las empresas españolas y europeas sean competitivas frente a China y EEUU. Su apuesta es más parecida a la eliminación de impuestos de la IRA estadounidense que a la idea europea de poner barreras comerciales o la vigilancia sobre posibles prácticas anticompetitivas en el sector fotovoltaico o eólico de productos chinos producto, asegura, de una competencia mucho más viva que la que se da en la UE.
