España mantiene su apuesta por el despliegue de las energías renovables para descarbonizar la economía y generar electricidad más barata para los hogares y las industrias frente a la tónica que se va extendiendo en la UE, ya mayoritaria, de contar para este propósito también con la energía nuclear, tal y como se ha visto en una discusión sobre una unión energética de la UE para el que la Comisión Europea ha prometido que también habrá un plan de financiación para la nuclear.
Trece gobiernos de la UE se han mostrado este lunes abiertamente a favor de que la energía nuclear forme parte de la solución para que la UE logre reducir sus emisiones al 90% en 2024 y la neutralidad en carbono en 2050 durante una discusión de cara a las cuestiones que debería incluir el "pacto energético para reducir los precios de la energía" que ha prometido el nuevo comisario de Energía, el danés Dan Jorgensen, durante los primeros 100 de la nueva Comisión Europea. La inclusión de energías verdes -renovables- o limpias -también nuclear- debe llevar también a asegurar el suministro energético y a independizarse definitivamente de las importaciones de gas ruso, que han vuelto a repuntar y por las que Jorgensen ha reprendido a los ministros. "Por desgracia, hoy por hoy el consumo se ha incrementado y las importaciones, que se redujeron de un 45% a 15%, han vuelto a crecer y estamos en el 18%". "El objetivo es cero", les ha recordado.
A esos 13 países se suman otros dos no tan explícitos este lunes pero también con tradición nuclear, Bélgica y Países Bajos, y el propio comisario. Su tras su nominación, los titulares fueron su rechazo a la nuclear, este lunes y ya como miembro de la Comisión Europea de la que también forma parte Teresa Ribera, ha afirmado para cerrar el debate que "algunos estamos a favor de la energía nuclear y otros en contra y hay que encontrar un equilibrio y respetar ambas posiciones".
"En los primeros 100 días, la Comisión Europea va a presentar un pacto industria limpia y una hoja de ruta para ser independientes de las importaciones de Rusia y luego habrá un plan de electrificación y las inversiones estarán en el centro de todo", ha enumerado, antes de puntualizar que este último plan "incluirá también la energía nuclear". También está entre los planes de la Comisión atajar la pobreza energética, que el año pasado sufrieron el 10,7% de los europeos, es decir, 47 millones de personas.
España, Dinamarca, Chipre, Luxemburgo, Portugal Grecia y Malta se han quedado en minoría este lunes al obviar totalmente de sus discursos la posibilidad de la energía nuclear para centrarse en el despliegue de renovables como la manera de abaratar la energía y eliminar los combustibles fósiles. Aunque no ha sido el caso de la ministra española, entre ellos han sido generales los llamamientos a la polémica aceleración de los permisos para instalar más parques fotovoltaicos o eólicos y a desarrollar todo lo posible la eólica marina, reclamación desde Malta a Dinamarca.
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha incluido entre las prioridades energéticas de la UE un "plan conjunto de descarbonización y competitividad con energía asequible" para "seguir acelerando las renovables, que nos han permitido en tiempos complicados un precio más asequible". Según ha dicho, todavía es necesario que "el mercado las interiorice y demos todas las señales, con facturas más bajas"
Ya se le llame directamente por su nombre, "energía nuclear", o se apele a la "neutralidad tecnológica", una mayoría de países de la UE defienden que esta energía "limpia" -que no "verde"- formen parte de la hoja de ruta europea para ser totalmente neutra en emisiones en 2050 y, entre ellos, Francia abandera esta batalla. Su ministra, Agnès Pannier-Runacher, ofreciéndose hoy a la nueva Comisión para defender "con voz clara la referencia a la energía nuclear en todas las propuestas legislativas".
Grupos en la "batalla"
No en vano, Francia patrocinó hace unos meses la creación de un grupo informal de países a favor de la energía nuclear, que suele reunirse antes de cumbres y consejos como el de Energía de este lunes y al que le salió un 'alter ego', el grupo "Amigos de las Renovables" -con países que también participan en el anterior, como Bélgica- que asimismo se ha reunido a principio de la jornada y en el que ha participado Aagesen.
A su llegada al Consejo y preguntada por cómo poner de acuerdo a los amigos de las renovables y de las nucleares la vicepresidenta tercera ha confiado en que "podremos conciliar una respuesta conjunta". Aunque ha insistido en que "conseguir precios asequibles y estables viene de la mano normalmente de las renovables", ha apuntado también que "cada país tiene que abogar por la tecnología para su sistema".
"Por qué no dejamos de lado esta batalla entre renovables y energía nuclear", ha señalado el ministro irlandés, Eamon Ryan, en una intervención en la que a apostado la instalación de "pequeños reactores" para suplir las necesidades energéticas de la industria y que ha pedido "centrarnos en un mercado europeo", independientemente de la tecnología que se emplee para producir la electricidad.
Además de la "batalla" nuclear sí o no, los ministros han incidido en que el mercado europeo de la energía debe desarrollar tecnologías como el hidrógeno y el almacenamiento de energía y las baterías, la biomasa o la captura de carbono y contar con una financiación suficiente como para, por ejemplo, desarrollar y flexibilizar las redes de distribución.
En este punto, Aagesen ha pedido un "instrumento financiero permanente de la UE, a la altura de los [fondos] Next Generation [aprobados tras la pandemia] que esté permanentemente disponible para que la transición sea un éxito".
Francia, tapón para las interconexiones
Otra de las peticiones más numerosas entre los Veintisiete ha sido la de que, para que exista un mercado de la energía, es necesario desarrollar la interconexión transfronteriza entre las redes. Es deficiente entre los países del Báltico, que van a desengancharse totalmente del sistema ruso para integrarse en el europeo, o en la Europa oriental, pero también lo es a través de los Pirineos, entre la Península Ibérica y Francia.
Tanto Aagesen como la ministra portuguesa, Maria da Graça Carvalho, han insistido en la "prioridad" de aumentar la interconexión con Francia, que debía ser del 15% en 2030 y no llega al 3% y aunque, desde la otra frontera, Alemania también ha abogado por ello, la ministra gala ha parado los pies a estas expectativas, al poner más peso en el "mercado nacional" que en el intraeuropeo. El desarrollo de las interconexiones no puede hacerse, ha dicho, "a todo coste sin un análisis de coste-beneficio".