Las mujeres representamos la mitad de la población y, por lo tanto, no podemos ser minoría en los ámbitos donde se toman decisiones, ya sea en la cúpula judicial o empresarial. Las mujeres no somos un colectivo social. Por ello, invertir en igualdad, en el empoderamiento de las mujeres y niñas es también invertir en productividad y eficiencia económica. Las políticas de igualdad están directamente relacionadas con el crecimiento económico, el empleo y el Estado de bienestar. Y está demostrado que los países que más invierten en igualdad son los países más productivos.
El pasado mes de agosto se publicó en el BOE la nueva Ley Orgánica 2/2024 de representación paritaria y presencia equilibrada de mujeres y hombres en órganos de decisión. Una vez más, la derecha y la ultraderecha, votaron no. Y una vez más se demuestra, con hechos, que cuando se trata de avances en igualdad nunca están ni se les espera.
La ley de paridad es el camino para llegar a la igualdad real y la justicia social, asegurando que mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades en la toma de decisiones que afectan a nuestras vidas, ya sea en lo político, económico o social. Y el éxito de esta ley depende de su implementación técnica, pero principalmente de la voluntad colectiva para generar un cambio profundo en la sociedad.
Sabemos que la paridad no se logra solo con cambios legislativos pues, aunque permitan pasar de las recomendaciones a obligaciones; requiere un esfuerzo colectivo de todos los actores sociales y un cambio de mentalidad. Por eso, es fundamental seguir trabajando juntos y juntas para que la igualdad sea una realidad constante y universal.
La diversidad de género en los órganos directivos y organizaciones mejora la toma de decisiones, fomenta la innovación, refuerza la cohesión social y aumenta la productividad y los beneficios económicos.
Además, están los datos: el mes pasado España superó la media de mujeres afiliadas a la seguridad social y alcanzó el nivel más elevado con 10.109.202 ocupadas que representan el 47,4% del total de trabajadores. No es casualidad, no es fruto del azar, es fruto de las políticas del gobierno progresista de Pedro Sánchez, de la lucha para lograr una sociedad más paritaria y equitativa.