La vigesimoprimera temporada de Fernando Alonso en la Fórmula 1 no ha traído los éxitos que sus aficionados hubieran deseado. Su novena posición final en el campeonato, la ausencia de podios y el rendimiento decreciente de un Aston Martin poco competitivo han supuesto una decepción, pero un ápice de esperanza mantiene vivas las ilusiones del 'alonsismo': la llegada de Adrian Newey a la fábrica de Silverstone.
2024 parecía continuar con la misma tónica del final de la temporada previa. Red Bull dominaba incontestablemente y Aston Martin no tenía problemas para acabar en los puntos a pesar de estar lejos del podio. De hecho, Alonso finalizó en el top 10 en las seis primeras carreras de la temporada, con un quinto puesto en Arabia Saudí como mejor resultado.
Todo empezó a torcerse en Imola, cuando un supuesto paquete de mejoras dejó al 'Samurái' último después de cruzar la línea de meta. A partir de entonces, la presencia del equipo británico en los puntos comenzó a ser irregular, pues fue engullido por los RB, Haas o Alpine.
Aun así, el piloto asturiano resistió, puntuando en la mitad de las carreras disputadas tras el parón veraniego, certificando la quinta plaza de Aston Martin en el Mundial de Constructores y la novena para él mismo en la tabla de pilotos. Todo ello con un AMR24 cada vez más lento, y en el que Lance Stroll fue incapaz de anotar un solo tanto en el casillero al volver de las vacaciones.
Toda la atención fijada en 2026
A pesar de que ser 'el mejor del resto' se queda corto dado el inicio fulgurante de Aston Martin en 2023, no todo han sido malas noticias para los seguidores de Fernando Alonso, pues un nuevo rayo de esperanza se asoma desde el horizonte: la llegada de Adrian Newey.
La guerra interna que asoló Red Bull a principios de año acabó por convencer al 'Genio Aerodinámico' de buscar nuevos retos, y después de tantos años, batallas y decepciones para el asturiano, por fin tendrá la oportunidad de pilotar uno de sus monoplazas.
Una de las mentes más brillantes de la historia de la ingeniería de competición, Adrian Newey ha dominado las últimas décadas en la Fórmula 1. El inglés es directamente responsable de los diseños que ya han ganado 25 Mundiales de Fórmula 1, y hombres como Max Verstappen, Sebastian Vettel, Mika Hakkinen o Nigel Mansell le deben todos sus títulos al flamante fichaje de Aston Martin.
Ahora bien, la contratación de Newey no garantiza el éxito. En un deporte tan complejo a nivel técnico como el automovilismo, todas las piezas que conforman el engranaje de una escudería deben funcionar correctamente, desde los ingenieros, al motor, que en 2026 será Honda, a los pilotos, y en este área continúan las dudas en la fábrica de Silverstone, pues Lance Stroll volvió a tener un desempeño peor que discreto en 2024.
Aun así, es imposible para los acérrimos seguidores de Fernando Alonso no emocionarse con el futuro. El nuevo reglamento de 2026, con —casi— todo de cara para Aston Martin, y la confianza en que el asturiano pueda luchar por un Mundial catorce años después de su última tentativa en 2012, mantienen viva la llama de la ilusión en la afición española.
