Una imagen de un hombre metiendo un enorme bulto en un maletero se ha convertido en la clave para que la Policía Nacional llegara este pasado 12 de noviembre hasta el asesino de Jorge Luis P.O. Este cubano de 32 años desapareció en Soria hace algo más de un año y no ha sido hasta la semana pasada cuando las autoridades han encontrado parte de su cadáver: su torso estaba enterrado en el cementerio de la pequeña localidad de Andaluz.
La fotografía, captada por Google Street View en octubre en un municipio cercano, Tajueco, se ha convertido en viral después de que se filtrara que había sido una parte importante de la investigación, aunque el inspector especializado en delitos violentos de la Policía Nacional encargado del caso, Óscar García, afirmaba este miércoles a 20minutos que "la imagen no se desdeña, pero no tiene un valor significante".
A través de esta imagen, los investigadores, que ya investigaban al hombre captado y a su exmujer, que había mantenido una aventura sentimental con el fallecido, pudieron añadir una pieza más a su línea de tiempo. Incluso la fotografía evidencia que el supuesto cuerpo que está siendo introducido en el coche no está descuartizado, como ha aparecido posteriormente. Pero no es la primera vez que la función de geolocalización de Google lleva a unos investigadores a añadir piezas a un puzle incompleto.
Para llegar hasta otra fotografía que ayudó a las autoridades a reunir indicios en un caso de asesinato hay que remontarse al año 2015. El 7 de abril de ese año era detenido Bruno Hernández, conocido como el descuartizador de Majadahonda, sospechoso de haber acabado con la vida de Adriana, una mujer argentina a la que había alquilado una habitación en su casa de la citada localidad.
La mujer en la ventana
El hermano de esta mujer llevaba días sin saber de ella y viajó hasta España para dar con su paradero. Hernández le dijo que se había ido de viajé con un nuevo amor, pero lo cierto es que en poco tiempo se convirtió en el principal sospechoso de haber matado a Adriana. La cosa no quedaba ahí, Hernández se había desecho de su cadáver pasándolo por una picadora de carne industrial que fue encontrada en su sótano junto a numerosos cuchillos. La picadora, así como cuchillos y serruchos, tenían el ADN de Adriana, pero también de otra persona.
¿Quién era esa nueva víctima? ¿Otra inquilina de la vivienda? Por la casa de Majadahonda habían pasado hasta seis inquilinos y los investigadores pensaron, en un primer momento, que podría ser alguno de ellos, pero los restos biológicos desconocidos tenían una compatibilidad genética alta con el descuartizador. Una foto de Google Street View del año 2010 fue determinante. En esa casa también vivía una mujer de avanzada edad que en la imagen aparece asomada al segundo piso.
Se trataba de Liria Hernández Hernández, tía del asesino y propietaria de chalet, como informo este periódico en su momento. Sobre la anciana, el descuartizador dijo que se había ido a vivir a una residencia y que no quería saber nada de su familia, algo que confirmaron los vecinos y familiares, que llevaban sin verla más de cinco años.
Los agentes descubrieron que supuestamente la tía Liria había firmado unos documentos en 2014 para la cesión de la vivienda en usufructo a favor de Hernández. Además, en 2015 la vivienda se había puesto a la venta, incluso Hernández había creado una sociedad del que era administrador único para cobrar la pensión de la mujer haciéndola pasar por pagos. Lo cierto es que la mujer llevaba muerta desde el abril de 2010, algo que corroboraron con el informe de sus últimas visitas médicas, su última retirada de dinero del banco ese mismo día y la última imagen y momento en el que fue vista. Hernández, que padece esquizofrenia, fue condenado a más de 27 años de cárcel por los dos asesinatos.
De Sicilia a Galapagar
En 2022, un capo mafioso de Sicilia era detenido en España tras casi una década fugado de la Justicia. Gioacchino Gammino, de la siciliana Stidda, estaba en busca y captura por las autoridades de su país desde el año 2014 por delitos de asociación de tipo mafioso, asesinato y tráfico de drogas cuando fue encontrado en Galapagar, a cuarenta kilómetros de Madrid.
El hombre, que tenía entonces 61 años, llevaba una vida sencilla bajo el nombre de Manu y regentaba una frutería de la localidad, El Huerto de Manu, después de haberse fugado de la cárcel de Roma en 2002 y fue condenado a cadena perpetua por asesinato el año siguiente. Su detención se precipitó cuando la Dirección de Investigación Antimafia de Italia descubrió una imagen del capo mafioso en Google Maps del año 2020. En la misma se podía ver al hombre a las puertas de su comercio hablando con otro.
La Policía también logró dar con una página de Facebook perteneciente a un restaurante denominado Cocina de Manu (ahora cerrado), que tenía platos sicilianos en el menú y se encontraba en las proximidades del negocio visto en Google Maps. Ambos establecimientos eran gestionados por el capo.
"No es que nos pasemos el día mirando Google Maps para encontrar fugitivos", declaró entonces a The Guardian el fiscal de Palermo, Francesco Lo Voi. "Había varias investigaciones previas que nos llevaban a España. Íbamos por buen camino y Google nos ayudó a confirmar nuestras pesquisas".
Desaparecido 22 años
En el año 2019 las autoridades de Florida (EEUU) consiguieron resolver el caso de un hombre que llevaba desaparecido 22 años, desde 1997. William Earl Moldt salió de fiesta el 7 de noviembre de 1997 y nunca volvió su casa. Tuvieron que pasar dos décadas para que, gracias a Google Earth, una vecina de Moon Circle Bay descubriera que había pasado con el hombre, que en el momento de su desaparición tenía 40 años.
Esta vecina curioseaba la zona donde desapareció Moldt en la aplicación cuando descubrió la imagen de lo que parecía un coche sumergido en un lago. Avisó a uno de sus vecinos que incluso voló un dron sobre el lago para poder ver mejor. "Pensé que sería un coche abandonado, pero no esperaba que en él hubiera una persona muerta hace 22 años", confesó la mujer al Palm Beach Post.
Las autoridades, finalmente, sacaron un esqueleto de dentro del vehículo que pertenecía al desaparecido. La oficina del sheriff del condado informó en su página de Facebook que el exterior del coche se encontraba "fuertemente calcificado y había estado en el agua durante una cantidad de tiempo significativa". Primero confirmaron que se trataba de un Saturn SL blanco, el mismo modelo que conducía el desaparecido; después el examen forense concluyó que los huesos del interior pertenecían a William Moldt.
La foto era visible en el buscador desde el año 2007, pero no fue hasta entonces cuando alguien se percató del detalle, para muchos imperceptible.