Estamos en la época de mayor incidencia de virus, y uno de los que más fuerte está presentándose este invierno es el norovirus, que tiene unos síntomas que afectan más al sistema digestivo.
Los síntomas del norovirus suelen comenzar de repente, entre uno y dos días después de contraer la infección, y normalmente puede tratarse en casa, sin necesidad de ingreso hospitalario.
Estos son los principales síntomas:
- Náuseas y vómitos.
- Diarrea.
- Temperatura alta.
- Dolor de cabeza.
- Dolor en brazos y piernas.
Lo mejor para tratar el norovirus es simplemente descansar y beber muchos líquidos para evitar la deshidratación; por lo general, comenzarás a sentirse mejor en dos o tres días.
Los grupos vulnerables, como niños muy pequeños, los ancianos o las personas inmunodeprimidas, corren un mayor riesgo de sufrir una enfermedad grave o prolongada y pueden necesitar tratamiento médico. Es fundamental no ir al colegio ni al trabajo hasta que hayan pasado al menos dos días en los que no hayas estado enfermo ni hayas tenido diarrea.
Las personas afectadas por el norovirus tampoco deben preparar comida para otras personas durante ese período, ya que es cuando se es más contagioso.
La enfermedad es similar a la gripe, que es una infección viral independiente que afecta la nariz, la garganta y los pulmones. Es mucho peor que un resfriado común, que suele causar secreción nasal, estornudos, ojos llorosos e irritación de garganta. Los síntomas del resfriado suelen aparecer de forma gradual sin causar fiebre ni dolores corporales, que suelen aparecer con la gripe.
Por otra parte, la gripe puede provocar enfermedades graves, especialmente en los niños. Las personas mayores, las que tienen un sistema inmunológico debilitado y las personas con enfermedades crónicas también corren un mayor riesgo.