Un monstruo de tamaño microscópico puede poner en riesgo la vida en la Tierra y lo podríamos estar creando nosotros mismos. Se trata de las llamadas bacterias espejo, que se construyen en laboratorio a partir de imágenes especulares de moléculas presentes en la naturaleza. Un grupo de científicos de renombre mundial ha pedido el fin de este tipo de investigaciones porque podrían poner a seres humanos, animales y plantas en peligro de infecciones mortales.
Este colectivo internacional formado por 38 expertos pide detener este tipo de investigaciones hasta que se evalúen plenamente sus implicaciones. Lo hace a través de un estudio detallado y un comentario publicado en la revista Science. El grupo de científicos está encabezado por figuras como Craig Venter y los profesores Greg Winter y Jack Szostak (ambos premio Nobel).
Según ellos, estos microorganismos sintéticos podrían superar las defensas inmunológicas de los seres humanos, pero también los de animales y plantas. Su posible dispersión en el medio ambiente plantea riesgos irreversibles porque causarían infecciones letales sin control. Aseguran que el tiempo para prevenir estas amenazas es ahora, antes de que los avances tecnológicos hagan factible su creación.
Cambiar el orden de la naturaleza
Para entender el riesgo del que alertan hay que entender qué son los microbios espejo. Se trata de organismos sintéticos creados a partir de moléculas que son imágenes especulares de las que existen en la naturaleza. En la biología actual, la mayoría de los organismos utilizan nucleótidos "diestra" en su ADN y aminoácidos "zurda" en sus proteínas. Los microbios espejo, en cambio, funcionarían de manera opuesta. Estaríamos creando algo vivo que no está en la naturaleza.
"Mirror Life (Vida Espejo) se refiere al concepto de crear o estudiar formas de vida que emplean versiones especulares de las biomoléculas que encontramos en los organismos naturales", explica Víctor de Lorenzo, profesor de Investigación del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología. En la biología convencional, la vida se basa en moléculas quirales con una orientación específica. Por ejemplo, los aminoácidos son predominantemente levógiros (formas L), mientras que los azúcares en los ácidos nucleicos son diestros (formas D).
"Esta quiralidad es un pilar fundamental de la bioquímica tal como la conocemos", cuenta el experto. "Explorar la vida espejo cuestiona nuestra comprensión de los fundamentos de la Biología y la universalidad de los principios bioquímicos, abriendo interrogantes sobre la posibilidad formas alternativas en otros planetas", aclara el profesor del CSIC.
Pros y contras de "inventar" bacterias
Las bacterias espejo pueden abrir el camino a nuevas terapias para curar enfermedades crónicas. Pero, además de que lograrlo podría llevar al menos una década, los riesgos parecen ser enormes. Según el profesor Vaughn Cooper, biólogo evolutivo de la Universidad de Pittsburgh, estos organismos "probablemente evadirían muchas respuestas del sistema inmunológico", lo que los convierte en una amenaza sin precedentes.
El documento que firman estos 38 científicos da la voz de alarma. "El alcance y la escala sin precedentes del riesgo de las bacterias espejo pueden poner en entredicho la aplicabilidad de los sistemas nacionales e internacionales [de control] existentes", han escrito.
Cabe la posibilidad de que la vida con la simetría nueva tenga la capacidad de escapar a los principales mecanismos de defensa y sea un peligro"
Kate Adamala es una de ellos. Es bióloga sintética de la Universidad de Minnesota y después de estudiar en detalle los peligros asociados a las bacterias espejo ha tomado conciencia y ha cambiado la orientación de su trabajo científico. Pide una moratoria de estos experimentos porque "no deberíamos estar creando vida espejo".
En opinión de Marc Güell, coordinador del grupo de investigación en Biología Sintética Traslacional y profesor titular en la Universidad Pompeu Fabra, "cabe la posibilidad de que la vida con la simetría nueva tenga la capacidad de escapar a los principales mecanismos de defensa y puede ser un peligro".
Asombro, fascinación... ¿y miedo?
El grupo de científicos recomienda que, inicialmente, "se tomen medidas para evitar la producción de genomas y proteomas espejo, o equivalentes funcionales suficientes para permitir la construcción de una célula espejo". También proponen que se investigue para determinar "qué otras tecnologías habilitadoras, si las hay, merecen ser supervisadas". Además, dicen, deberían estudiarse sistemas para supervisar la compra de oligonucleótidos y precursores espejo, así como normativas y leyes para impedir la creación de vida espejo.
Confiamos en que la sociedad adopte un enfoque responsable para gestionar una tecnología que podría plantear riesgos sin precedentes"
En opinión de Jordi García Ojalvo, catedrático de Biología de Sistemas en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, "este artículo es un ejemplo más de la necesidad de actuar de forma responsable respecto a las posibles innovaciones a las que pueden dar lugar los avances científicos. En ocasiones los científicos no hemos actuado de forma coordinada y públicamente visible (normalmente no por falta de voluntad) en anticipar y evitar los riesgos de las aplicaciones que puedan surgir de la ciencia, siendo el ejemplo más claro el desarrollo de las armas nucleares en la mitad del siglo XX".
Dice el profesor de Lorenzo que "sin una pedagogía adecuada, es legítimo cuestionar por qué se inició esta búsqueda en primer lugar". Por eso, el texto acaba invitando a la comunidad investigadora, a los responsables políticos, a los financiadores de la investigación, a la industria, a la sociedad civil y al público en general a unirse al debate.
Para ayudar a comprender los riesgos asociados a la vida espejo este grupo de expertos tiene previsto convocar debates a lo largo de 2025. "Confiamos en que los científicos y la sociedad en general adopten un enfoque responsable para gestionar una tecnología que podría plantear riesgos sin precedentes", finaliza el texto.
