Alerta por la peligrosa trayectoria de un iceberg en movimiento: duplica el tamaño de Londres y se dirige a las islas Georgia del Sur

Uno de los icebergs más grande del mundo, el A23a -una pared de hielo del tamaño de Rhode Island y más del doble del tamaño de Londres-, avanza lentamente hacia una isla remota frente a la Antártida, hogar de millones de pingüinos y focas. El bloque de hielo de un billón de toneladas, llamado megaberg, podría chocar contra la isla Georgia del Sur y quedarse atascado o ser arrastrado por las corrientes.

Si se atasca, podría dificultar que los padres pingüinos alimenten a sus crías y algunas de ellas incluso podrían morir de hambre. Sin embargo, por ahora el iceberg no avanza a gran velocidad, sino que se mueve a un ritmo glacial de un metro cada tres a siete segundos, mucho más lento que una milla por hora (aproximadamente 1.6 km/h), según traslada Andrew Meijers, oceanógrafo físico del British Antarctic Survey, a Associated Press.

El proceso natural que está sufriendo el iceberg ocurre cada vez con mayor frecuencia debido al cambio climático provocado por los humanos, añade Meijers, quien examinó el iceberg de cerca en diciembre de 2023 cuando pasó a la deriva junto al barco de investigación RRS Sir David Attenborough. "El iceberg en sí es colosal y se extiende de horizonte a horizonte", asegura.

De hecho, por cada trozo de iceberg sobre la superficie del agua, hay diez veces más debajo, aseguran los expertos. "Es una enorme pared, una pared de hielo al estilo de Juego de Tronos que se eleva por encima del barco. Con algunas olas rompiendo contra ella y si entra un poco de sol, es realmente espectacular", explica.

Con el tiempo, este gran iceberg se romperá en otros más pequeños y se derretirá como lo hacen los demás. Aunque por ahora, al menos en las imágenes satelitales, el iceberg parece haber mantenido su estructura y aún no se ha dividido.

En las próximas dos a cuatro semanas, el iceberg se acercará a Georgia del Sur, donde el agua se vuelve menos profunda, por lo que podría quedar atrapado o deslizarse. "Los icebergs son peligrosos por naturaleza. Sería muy feliz si no nos alcanzara", declara a BBC Simon Wallace, capitán del barco Pharos, del gobierno de Georgia del Sur.

"Los grandes icebergs chocan contra los bancos de arena que rodean Georgia del Sur más o menos todos los años; es una especie de autopista para los grandes icebergs", señal Ted Scambos, científico especializado en hielo de la Universidad de Colorado, a AP. "Esta trayectoria de la corriente oceánica se conoce desde la época de Shackleton", sostiene, refiriéndose a Sir Ernest Henry Shackleton, quien dirigió las expediciones británicas al continente austral.

Por otro lado, también representa un gran peligro para los los pingüinos. Los padres se adentran bastante en el agua para buscar comida y los icebergs pueden bloquear el camino hacia su alimento, lo que obliga a los adultos a nadar más lejos, quemando más energía y trayendo menos a las crías. Eso "desafortunadamente puede aumentar drásticamente las tasas de mortalidad. Y ha sucedido en el pasado", insiste Meijers.

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