Agresión sexual: aún no se acabó

En los últimos días hemos asistido a uno de los juicios por agresión sexual más mediáticos que se recuerdan en nuestro país. Y, sí, ha habido condena, porque agredir sexualmente a una mujer en este país ya no sale gratis, pero casi.

La sociedad española esperaba una condena ejemplarizante quizás porque toda España fue testigo en directo de aquella agresión o quizás porque esa actitud machista manchó uno de los mayores hitos en la historia de nuestro deporte.

Jenni Hermoso vuelve a darnos su ejemplo de valentía al anunciar que recurrirá esa sentencia por ser insuficiente. Y este país no tendrá forma de devolverle a esta mujer y a sus compañeras la lección de feminismo e igualdad que desde aquel día vienen dando a todo un país.

Ejemplo de que ninguna mujer debe permitir que se la bese sin su consentimiento, que ningún jefe debe utilizar su posición de poder para abusar de una empleada, que no debemos callar cuando un hecho así se produce, que ser la víctima no implica no poder seguir con nuestra vida con normalidad y que por muchas presiones que recibiera su dignidad y la de las mujeres está por encima de todo.

Pero este juicio ha puesto de manifiesto que seguimos necesitando mucha pedagogía en igualdad porque se sigue cuestionando siempre a la víctima. Porque el foco se ha seguido poniendo y así lo ha hecho la defensa de Luis Rubiales sobre la actitud de Hermoso después de los hechos. Porque parece que el delito no es agredir a una mujer sino que el delito es que la víctima pueda sonreír, disfrutar de la celebración de ser campeona del mundo o continuar su vida con normalidad. Y ya está bien. Ya está bien de que nos juzguen permanentemente.

Las mujeres tenemos derecho a que se respete nuestra voluntad, derecho a denunciar cuando eso no sucede y, por supuesto, derecho a seguir viviendo.

Así que aún no se acabó. Aún queda mucho camino que recorrer y aún siendo así hay que reconocer que los avances son evidentes y un camino de esperanza se abre en nuestra sociedad. Beso no consentido es agresión sexual y eso ya no se discute.

Es una sentencia insatisfactoria y quisiéramos que hubiera sido ejemplarizante, pero, la realidad siempre es más compleja que nuestros deseos.

Hemos iniciado un camino de no retorno contra una sociedad de poder patriarcal y machista que permitía con normalidad estos comportamientos que hoy ya los titulamos con su nombre correcto, agresión sexual. Esta España de hoy ya no admite ni se resigna a ver con la normalidad el abuso de autoridad para someter a las mujeres.

Así que aún no se acabó, pero, cada vez estamos más cerca. Estas mujeres no quisieron callarse ni mirar hacia otro lado, quisieron disputar el balón de la dignidad de muchas chicas que no pueden alzar la voz.

Gracias por esa lección a todas y, en especial, a todas las jóvenes que ya tienen un referente donde mirarse.

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