Adiós agua oxigenada: este es el motivo por el que estás curando mal las heridas

Como todos los pequeños saberes que se transmiten en las familias de generación en generación, la actuación ante esa pequeña herida o rasguño que nos podemos hacer un día cualquiera, puede estar plenamente equivocada. Especialmente en el caso de los niños el botiquín se puede abrir varias veces al año, así que lo mejor es tomar nota cuanto antes de las pautas que aconsejan los médicos.

Los tiempos evolucionan y si antes se confiaba al puro aire la curación de las heridas, porque ni las familias pensaban en eso que ahora llamamos botiquín, es momento de darse cuenta de que dejar ese corte o lesión sin cubrir no es para nada la mejor de las ideas porque nos exponemos a una infección que puede dar la lata más de lo que pensamos.

Sea una herida propia o ajena, el paso inicial y fundamental no llama la atención: lavarse las manos. Un hábito del que si bien redescubrimos su importancia por la pandemia del covid-19, ahora los médicos alertan de una relajación peligrosa una vez que ese virus se ha estabilizado. Y lo cierto es que un gesto tan simple nos mantiene a salvo de infecciones y por supuesto de virus.

Ni soplar encima ni secar la herida al aire

Además de esa confianza en el aire que se tenía antaño como agente curativo, desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) alertan de otro hábito también muy extendido y muy poco recomendable: soplar encima de la herida. Así, explican que debemos ser conscientes de los gérmenes bucales pueden contribuir a generar una infección que en principio no existe.

Un apósito adecuado, explican desde la SEMG, mantendrá la temperatura y humedad necesarias para una cicatrización correcta. Aquí surge otro mito que debe desterrarse según voces expertas: la formación de costra, que no acelera el cierre ni por tanto la curación de la herida, sino que la retrasa.

Hay que cambiar el botiquín

Imaginemos la escena: se produce una herida y el primer pensamiento es aplicarle agua oxigenada o alcohol con un algodón. Error garrafal, como apuntan en la SEMG. En primer lugar, del algodón se desprenden fibras que pueden depositarse en la herida e infectarla, por ello recomiendan utilizar unas gasas.

En segundo lugar, la SEMG recomienda sustituir esos dos líquidos por la clorhexidina o, en su defecto, la povidona yodada o el betadine. Mientras que el agua oxigenada no tiene un efecto desinfectante duradero, el alcohol "es muy irritativo, destruye las membranas celulares, reseca la piel y favorecer la formación de coágulos que permiten la colonización de las bacterias supervivientes", si bien puede ser una opción sobre "piel intacta", apuntan.

Referencias

SEMG (s.f.). Cómo curar una herida. https://www.semg.es/index.php/component/k2/item/833-cura-herida

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