Coincidiendo con la noche en la que (literalmente) se han alineado los planetas, los cuatro de Carolina Durante ataviados con camisa, pantalones de pinza y corbata cruzaban a las 21.11 la puerta de una oficina en el Movistar Arena. Los nervios de los días grandes se respiraban entre las 15.000 personas a las que Joderse la Vida les dio la excusa para iniciar un temblor que no terminó hasta dos horas después. Cervezas por los aires, pogos monstruosos y la seguridad de cuatro chavales que juegan en casa rodeados de otros chavales de su edad. Quizá por eso la elección del escenario ambientado en The Office, para celebrar que esa vida es algo que rechazaron y que ya probablemente nunca vivirán. Archivadores, impresora, máquina de café, horario cerrado… La constatación de que Diego, Martín, Juan y Mario, tras lo vivido anoche, han elegido bien su propia aventura.
Movimientos exagerados, un tono de voz característico y una energía sorprendente conducían el concierto encadenando canción tras canción. "Todo temazos", se escuchaba en la grada del sector 13, donde las butacas ni se desplegaron y desde donde se miraba con cierta envidia una pista agotada desde hace meses. Pero llegaron los problemas técnicos. Ya se había lanzado varias veces Diego al público cuando el vocalista lamentó que, en el momento clímax del concierto, estaban teniendo "problemas con los monitores". Complicaciones técnicas que paliaron improvisando un inesperado Necromántico a petición de una fan. El primer EP del grupo lanzado en 2017 y no cantado en toda la gira. Poco después, abandonaron el escenario 10 minutos, pero volvieron tanteando el terreno con Elige tu propia aventura y volvieron al clímax con Probablemente tengas razón. Al grito casi hooligan de "qué nos ha pasado, si no ha pasado nada", el Movistar Arena dejó atrás el parón e, incluso, los minis estaban de nuevo rebosantes.
El fracaso en las relaciones amorosas, la preocupación por el futuro, la decadencia y la superación marcan los hits de un grupo cuyas letras reflejan la forma de sentir, amar y preocuparse de una generación. La generación más preparada, pero con un futuro incierto. En todos los sentidos. Por eso, el sencillo por el que se hicieron conocidos (y con el que titularon un estilo de vestir) Cayetano, fue desterrado por Hamburguesas…"Fuera hay cosas preciosas. /Hamburguesas, el fútbol, mi madre. /Mis amigos suman más que mis demonios". Un estribillo con el que el antiguo Wizink se convirtió en una oda de superación de la depresión de la mano de la amistad. De hecho, a la amistad de toda la vida quiso referirse Diego con El Parque de las Balas, tampoco cantada en toda la gira. "Están muchos presentes aquí", agradeció. "Así que cuéntala otra vez/Una de esas historias con las que nos reímos/Las has contado mil veces/Tal vez 2005", recitaba mirando a la grada de la derecha.
Sin Rosalía ni Amaia Romero, pero con Barry B
Muchos amigos en las gradas, en el público, pero pocos en el escenario. Las especulaciones sobre una posible aparición de Rosalía, la actual cuñada de Diego, en Normal o de Amaia, exnovia del vocalista, en Perdona, se esfumaron. La única compañía que tuvo el grupo en los 120 minutos de recital fue Barry B en Pensaba que me había tocado Dios, letra que hizo nacer algunas lágrimas y en Perdona, pero con Gara Durán cantando las estrofas de la triunfita... Que también llenó un Movistar hace exactamente una semana. Tanto a Rosalía como a Amaia agradeció el vocalista la ayuda. Sobre todo a la primera, única colaboración (y encubierta) de su último disco, que cantaron al completo.
También cubrieron las necesidades de los fans más antiguos con canciones como En Verano, Niña de Hielo, Casa Kira, Famoso en Tres Calles o Hostias… Todas ellas con pogo. Pero no tantos como en la última. Las canciones de Juanita. "Aquel día en tu portal. Mis palabras son cuchillas" fue el inicio de la traca final de un concierto fácilmente resumible: la suerte de coexistir. Anoche se consagró el éxito del nuevo pop-rock de jóvenes cansados de solo escuchar música comercial. Alejados del purismo de rechazar el reggaeton, pero dispuestos a combinar un indie que recuerda a Los Nikis, sus padrinos en su anterior aparición en el ahora Movistar Arena. Por tanto, este es el segundo y, probablemente, no será el último. Un viernes de alineación de los planetas que no sirvió para sortear los problemas técnicos, pero que rescató el show. Otra ironización generacional aparte de The Office. Aunque esté todo planeado, las cosas pueden no salir tal y como se esperaba. Pero no pasa nada. Se arregla. "Yo confío en salir de este hoyo./Sísifo me come la polla".