La esperanza de vida se ha alargado y la conciencia sobre la importancia de la actividad física para el sistema musculoesquelético es patente. Enfermedades como la osteoporosis, que producen más de 800 fracturas al día en España, pueden llevar a la inhabilitar a las personas afectadas. Empieza a diagnosticarse a partir de lo 50 años, si bien no hay síntomas evidentes en sus primeras fases. ¿Puede evitarse? ¿Qué está en nuestra mano?
Lo cierto es que a partir de los 50 años la osteoporosis es una de las patologías más prevalentes, y a ella se atribuyen el 90 por ciento de las fracturas de cadera que se producen en esas edades y a nivel mundial supone más de 200 millones de personas afectadas, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo peculiar es que en sus primeras fases es silente, de ahí la importancia de conocer qué señales de alerta tenemos que tener en cuenta.
¿Por qué se debilitan los huesos?
Los huesos son tejidos vivos que se renuevan constantemente y lo hacen con un equilibrio entre su formación y la resorción ósea, pero si este se rompe, empieza a iniciarse la pérdida de masa y calidad ósea. De ambas circunstancias no somos conscientes porque no notamos dolor ni hay ningún rasgo visible... Hasta que se produce la temible fractura. De hecho, la patología puede iniciarse a los 30-40 años.
Voces expertas señalan que a pesar de su característica silente, la osteoporosis puede llegar a manifestarse con ciertos signos a los que debemos prestar atención:
- Dolor lumbar crónico: Microfracturas en vértebras causan molestias intermitentes, a menudo atribuidas a “mala postura”.
- Postura encorvada (cifosis).
- Uñas débiles o quebradizas: estudios sugieren correlación entre la salud ungueal y la densidad ósea.
- Pérdida de altura (más de 3-4 cm): las fracturas vertebrales comprimen la columna, acortando la estatura.
No es inevitable
La osteoporosis no es inevitable. Voces expertas señalan que un gesto tan simple como una densitometría a los 50 años en aquellas personas con factores de riesgo puede tener consecuencias muy beneficiosas de cara al tratamiento y desarrollo de la enfermedad. Hay factores genéticos, sociales, ambientales o relacionados con los hábitos de vida que influyen en que se desencadene la osteoporosis, distinguiéndose entre factores no modificables y modificables. Entre estos últimos, cabe destacar:
- Dieta pobre en calcio y vitamina D, claves para la mineralización ósea.
- Sedentarismo.
- Tabaco y alcohol: reducen la absorción de nutrientes y dañan células óseas.
- Uso prolongado de corticoides.
Una vez más, una dieta saludable tiene la clave, y en este caso el calcio debe estar todo lo presente que sea posible, bien en productos lácteos bien la amplia gama de alimentos en los que se puede encontrar (sardinas, brócoli...). La vitamina D, también fundamental, la encontraremos en el sol y la dieta. Todo esto sin olvidar el ejercicio físico y quizás la necesidad de extremar las precauciones en el hogar con el objetivo de evitar caídas especialmente en edades avanzadas.
Referencias
OMS (2024, 25 de septiembre). Fracturas por fragilidad. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/fragility-fractures