Alberto Núñez Feijóo lleva un par de días advirtiendo a la Unión Europea de que tiene que seguir priorizando su seguridad estratégica. Más aún después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, haya exigido a los países de la OTAN que suban su gasto militar del 2%, al que se comprometieron estos países, hasta el 5% del PIB. En este contexto geopolítico, además de instar a la UE a cumplir con dicho compromiso, el líder popular se ha alineado con su 'familia europea' para elevar hasta el 3% el gasto militar. En todo caso, desde el PP tratan de poner el foco en el Gobierno ante las discrepancias entre PSOE y Sumar por este asunto.
Fue el martes pasado, durante una conferencia extraordinaria que convocó el alemán Manfred Weber para debatir con todos los miembros del Partido Popular Europeo [PPE] sobre la situación en Ucrania —en plena negociación entre Washington y Moscú para acordar la paz aunque dejando a Ucrania fuera de las conversaciones— y la seguridad en Europa, cuando Feijóo se alineó con sus homólogos europeos mientras el presidente Pedro Sánchez no ha mostrado su apoyo a subir el gasto en defensa, al menos por el momento.
Esta sería la única pista que ha querido ofrecer la oposición sobre su postura en el debate sobre la defensa en Europa. Pues el objetivo de los populares es dejar al Gobierno que se retrate en este asunto una vez que han identificado un choque interno. "Nos va a gustar ver la evidente discrepancia que va a haber en el Gobierno", apuntan en Génova en relación a PSOE y a Sumar. También apuntan sus miradas a los socios del Gobierno que podrían negarse a aumentar el gasto en defensa.
Por este motivo, el equipo de Feijóo ya advierte de que no va a adelantar "un ápice" su postura sobre esta polémica. Su intención, tal y como admiten, es que se desgaste el Ejecutivo, que también está dividido en estos momentos por el salario mínimo: entre los socialistas que quieren hacer tributar el SMI por primera vez, y entre los de Sumar, que exigen —como el PP— que se les deje fuera del IRPF.
En este contexto, el PP busca situarse por ahora en un segundo plano en el gasto en defensa. Más allá de exhibir músculo con su familia europea, evitan ofrecer sus recetas sobre el gasto militar. De hecho, se remiten al programa electoral con el que Feijóo se presentó a las elecciones generales de julio de 2023. En dicho documento, hacen referencia al gasto militar y se comprometen a cumplir el compromiso adquirido por los aliados de destinar un 2% del PIB nacional en seguridad y defensa. Todo para "asumir un papel activo de España en la Alianza Atlántica".
El PP también promete defender la integridad territorial, la soberanía nacional y el orden constitucional "como máxima prioridad del Gobierno y de su política de defensa". Para ello, apuesta por reforzar las Fuerzas Armadas como instrumento de disuasión y defensa ante cualquier posible amenaza.
Asimismo, se compromete a elevar el número de efectivos de las Fuerzas Armadas "durante dos legislaturas hasta alcanzar los 140.000 previstos por la ley" y mejor sus condiciones sociolaborales resolviendo "años de injusticia". Por ejemplo, Feijóo abogaba por que se computarán los años de servicio en las Fuerzas Armadas para todas las ofertas públicas de empleo, en especial para aquellos cuerpos y funciones relacionados con la seguridad del Estado, incluidas las policías autonómicas y locales respetando los marcos competenciales.
Feijóo aboga en su programa electoral por desarrollar un nuevo modelo de reserva militar voluntaria "que mejore las capacidades operativas y haga realidad el compromiso ciudadano con la defensa nacional" y priorizar la inversión en España, promoviendo que el suministro de material de defensa se realice por las empresas o con aliados. También recoge promover la seguridad en el ciberespacio y la soberanía digital dotando al Estado de los recursos técnicos y humanos adecuados.