El encarecimiento de los precios ha dificultado el acceso a una vivienda. Aunque los salarios han crecido y los tipos de interés bajo los que se conceden las hipotecas se han relajado, el paso inicial de pagar la entrada de un piso es más costosos para los jóvenes de hoy en día de lo que lo fue para sus padres y se ha convertido en el gran escollo para acceder a la compra. En treinta años, el tiempo necesario para ahorrar lo suficiente como para hacer frente a esta primera señal ha aumentado un 36,7%, según un informe publicado este martes por EAE Business School, en el que se analiza la evolución del acceso a la vivienda entre 1993 y 2023.
La cuantía necesaria para pagar el 20% inicial del importe de una casa equivale actualmente de media a 3,6 años de salario íntegro, uno más que en 1993. Este mayor esfuerzo para pagar la entrada de una vivienda se observa también sobre el importe total de los inmuebles. Según el estudio, con los precios de 2023, comprar una vivienda de 80 metros cuadrados requiere de media 11 años de salario completo, frente a los 8 años que bastaban en 1993.
Sin embargo, la financiación de las hipotecas es hoy en día más barata. Hace treinta años, los tipos de interés se encontraban disparados en un nivel del 14,28%, diez puntos por encima del 4,01% que marcaron en 2023. A esto se le suman sucesivas subidas salariales. De acuerdo con el informe de EAE Business School, los sueldos han aumentado un 142% desde 1993.
En consecuencia, la presión de las cuotas hipotecarias sobre los salarios se ha reducido en las últimas tres décadas. En concreto, en 1993, para hacer frente a una hipoteca media era necesario el 40% de tres salarios completos, mientras que en 2023 bastaba la misma proporción pero de dos sueldos. "Si bien es una mejora, es una exagerada carga financiera y además implica que una persona sola no podría acceder al mercado hipotecario, porque ningún banco daría una hipoteca que consume el 80% del salario", matiza el estudio, titulado El esfuerzo financiero para acceder a la vivienda.
"Aunque las hipotecas actuales son más accesibles gracias a los bajos tipos de interés, la dificultad para reunir el capital inicial se ha convertido en la barrera principal para las generaciones más jóvenes. Esto evidencia la necesidad de implementar políticas y estrategias que favorezcan el ahorro y el acceso a la vivienda", explica el profesor Javier Fernández-Pacheco Mazarro, coautor del informe junto a la investigadora Dorina Nicoara-Popescu.
Subidas acumuladas
Esta dificultad creciente para acceder a una vivienda en propiedad son fruto de las subidas de precios continuadas en los últimos años, aunque todavía se encuentran por debajo de los máximos alcanzados en 2008. El estudio recalca que la presión se concentra en las grandes ciudades y sus alrededores. Así, por ejemplo, en Barcelona la vivienda se ha encarecido un 231% desde 1993. Por aquel entonces, una casa tipo de 80 metros cuadrados costaba de media 99.769 euros al cambio, muy por debajo de los 330.480 euros alcanzados en 2023. En Madrid, el precio del medio cuadrado también ha pasado de pagarse a 1.226,84 euros a rozar los 4.120 euros, ascendiendo así de media un piso de 80 metros cuadrados hasta los 329.440 euros.
El estudio de EAE Business School recalca que no solo el acceso a una vivienda en propiedad se ha encarecido respecto a principios de la década de los 90. También los alquileres han escalado hasta situarse actualmente en máximos, un 11% por encima de los precios que se registraron durante los años de la burbuja inmobiliaria. En particular, los arrendamientos acumulan un alza del 233% en treinta años. Aun así, el informe matiza que los alquileres requieren todavía un menor esfuerzo financiero para las familias frente a la compra -en 2023, el alquiler medio equivalía al 64,3% de los ingresos medios de una persona y las cuotas hipotecarias, al 80,5%-, lastrada especialmente por el ahorro requerido para la entrada.