El pasado miércoles asesinaban a tiros al director ejecutivo de la aseguradora UnitedHealthcare, Brian Thompson, en una céntrica calle de Manhattan. Días más tarde, las autoridades detenían al sospechoso gracias a la colaboración ciudadana: Luigi Mangione, de 26 años, que tenía "un arma compatible con la utilizada en el asesinato" -con la "capacidad de disparar una bala de nueve milímetros" y un silenciador-, herramienta letal que podría haber sido fabricada con una impresora 3D, según ha indicado la Policía de Nueva York.
La detención de Mangione
La detención de Mangione se produjo gracias al aviso de un cliente de McDonald's en Pensilvania, que le reconoció después de haberle visto en los medios de comunicación, y enseguida alertó a uno de los empleados, que, a su vez, dio el aviso a la policía.
Cuando llegaron los oficiales, Mangione les mostró un carné de conducir falso a nombre de Mark Rosario, aunque, ante la amenaza de los policías de arrestarle si mentía sobre su nombre, dio su nombre real. Además, cuando un oficial le preguntó si había estado en Nueva York recientemente, "se quedó en silencio y comenzó a temblar", según detalla la denuncia penal.
La pistola 'fantasma': kits prefabricados o impresión 3D
Tras la detención, la policía revisó la mochila de Luis Magione y descubrió lo que denominaron como una "pistola fantasma", que podría haber sido impresa en 3D, y un cargador con seis rondas de munición de 9 milímetros. Además, la pistola también venía acompañada de una corredera de metal y una empuñadura de plástico con un cañón enroscado de metal, según recoge la denuncia.
Este tipo de pistolas, conocidas como 'fantasmas' son armas de fuego de fabricación privada, que se ensamblan a partir de piezas adquiridas por separado o kits -que pueden costar entre 200 y 500 dólares, según CBS News- que incluyen marcos y receptores incompletos, por personas que no son fabricantes autorizados según la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (AFT, por sus siglas en inglés).
Esta es, precisamente, la clave: que los kits incluyen un receptor "en blanco", lo que significa que no ha sido terminado por completo y, por tanto, no cumple con la definición legal de un arma de fuego según la Ley de Control de Armas de 1968. Además, algunas piezas de se pueden obtener a través de impresoras 3D.
De hecho, su popularidad empezó a crecer a principios de la década de 2010, cuando Cody Wilson, un importante defensor de las armas impresas en 3D y las armas fantasma, fundó Defense Distributed, que ofrece los esquemas digitales necesarios para fabricar un arma.
¿Son legales las armas 'fantasma'?
En Estados Unidos, generalmente, los fabricantes e importadores de armamento colocan un número de serie y marcas en las armas de fuego, que identifican al fabricante o importador, marca, modelo y calibre, según explican reportes de Giffords. De este modo, en caso de una emergencia o un tiroteo, las autoridades pueden rastrear estas armas hasta su primer comprador.
Sin embargo, una de las características más destacables de este tipo de armas, y que da sentido a su nombre -'fantasmas'-, es que se fabrican sin número de serie para dificultar su seguimiento, aunque no todas son necesariamente ilegales. De hecho, según la ATF cualquiera puede fabricarlas para uso personal, siempre que sean 'detectables', conforme a la Ley Nacional de Armas de Fuego.
En 2022, la ATF creó una nueva norma que coloca ciertos elementos de los kits de armas fantasma en la misma categoría legal que las armas de fuego tradicionales, y exige que las empresas que venden kits agreguen números de serie a los armazones y receptores incompletos y realicen una verificación de antecedentes de los posibles compradores, según explican en The Guardian.
Además, esta ley exige también que los comerciantes de armas con licencia federal mantengan registros de las ventas de kits de armas fantasma hasta que cierren sus operaciones.
Esta novedad no fue bien acogida por los fabricantes de equipos y los partidarios de la segunda enmienda, por lo que la lucha legal se encuentra actualmente ante la Corte Suprema.
Entre 2016 y 2021, se informó a la ATF de más de 45.000 presuntas armas fantasma recuperadas por la policía en posibles escenas del crimen.