Yoga en el agua: estos son los mejores ejercicios para perder peso y tonificar las piernas

Hacer ejercicio es esencial para mejorar nuestra salud, también para sentirnos mejor y con más energía. No solo nos ayuda a cuidar nuestro cuerpo, también lo hace con nuestra mente, haciendo que se reduzcan nuestros niveles de estrés y que desconectemos de las preocupaciones durante un tiempo. Si bien en España cuando hace frío parece que nos da cierta pereza, en los meses en los que las temperaturas son más templadas nos animamos a salir a la calle y hacer ejercicio, incluso aprovechando que es una buena época para hacerlo en el agua.

En general, nadar es lo primero que nos viene a la mente cuando pensamos en ellos, pero no es la única forma en la que podemos ponernos en forma mientras estamos en remojo. Entrenar sin salir del agua puede beneficiar la salud cardíaca y también mejorar la resistencia y la fuerza muscular. Los ejercicios que se hacen en el agua pueden mejorar el uso de las articulaciones y en algunos casos disminuir el dolor. Desde caminar hasta hacer aquagym, pasando por el yoga en el agua, con el que podemos obtener muchos beneficios.

Yoga en el agua: qué es y sus beneficios

El yoga acuático o water yoga es una variante del yoga tradicional, que, como su nombre indica, se practica con parte del cuerpo sumergido en el agua, aunque también puede sumergirse en su totalidad. Combina la práctica del yoga con los beneficios terapéuticos del agua, dando como resultado un entrenamiento relajante y con grandes beneficios para la salud, en el que por supuesto también es necesario tomar ciertas medidas para evitar daños, por ejemplo, con el uso de tapones para evitar infecciones de oídos si se es propenso a tenerlas. También es importante contar con un profesional que guíe los ejercicios, cuyas instrucciones es clave seguir.

Bien hecho, este tipo de entrenamiento, del que existen diferentes modalidades, puede aportarnos varios beneficios. Por ejemplo, es una estupenda opción para quienes busquen entrenamientos de bajo impacto en las articulaciones, el yoga acuático, además, aporta una mayor relajación, así como un alivio mayor del estrés, gracias a que se realiza en el agua. También favorece el equilibrio y mejora la estabilidad, así como la capacidad pulmonar, reduce la tensión arterial y favorece la pérdida de grasa corporal, como sucede siempre que hacemos ejercicio, ayudándonos a tonificar los músculos.

Ejercicios de yoga en el agua para unas piernas tonificadas

Hay algunos ejercicios que son comunes a varias disciplinas, que pueden hacerse tanto en el agua como fuera de ella, por lo que, si hace tiempo que practicas yoga, puede que probarlas en el agua te ayude a aumentar un poco la cantidad de ejercicio que haces. A la vez que te refrescas, también tonificas las piernas con estos ejercicios:

Utkatasana o postura de la silla. En esta postura se mantienen los pies juntos y se flexionan ligeramente las rodillas, como si nos sentáramos en una silla imaginaria, como una media sentadilla. Los brazos quedan estirados por encima de la cabeza.
Virabhadrasana I o postura del guerrero I. Existen diferentes posturas del guerrero y todas ellas son buenas para tonificar las piernas. En esta, adelantamos una de las piernas y la dejamos flexionada, mientras que la que queda hacia atrás permanece completamente estirada. Elevamos los brazos y los mantenemos estirados hacia el cielo.

Virabhadrasana II o postura del guerrero II. Esta es otra de las posturas que podemos poner en práctica en el yoga acuático, es parecida a la anterior, pero en este caso, el pie de la pierna que queda estirada tendremos que girarlo unos 90º hacia el exterior y los brazos quedan en cruz, en la misma línea que las piernas.
Vrksasana o postura del árbol. Esta otra postura es también ideal para trabajar las piernas, el equilibrio podría jugar en nuestra contra, pero el agua hará que mantener la postura sea más sencillo. Para esta postura, tendremos que estar de pie, con las piernas juntas y extendidas. Flexionamos una de ellas, apoyando la planta del pie sobre la otra, extendemos los brazos por encima de la cabeza y permanecemos en esa postura unas cuantas respiraciones.