Vídeos de TikTok en bucle, cientos de post de Instagram y reels, decenas de tuits... el día a día de muchas personas gira en torno al consumo en redes sociales y plataformas digitales de millones de megas de información sin gran importancia. Gatitos, maquillaje, artilugios de todo tipo para comprar, memes, chistes... una espiral de contenido vacío que para la Universidad de Oxford lleva a un claro estado mental denominado brain rot.
El reputado centro británico ha decidido, tras la participación de 37.000 personas a nivel mundial, que brain rot es la palabra del año. Según ha informado la universidad en un comunicado, "expertos en idiomas crearon una lista de seis palabras para reflejar los estados de ánimo y las conversaciones que ayudaron a dar forma al año", y ha sido una amplia mayoría la que ha decidido que este término, que se traduce como podredumbre cerebral, es definitorio. Pero, ¿qué significa exactamente?
La podredumbre cerebral se define como "el supuesto deterioro del estado mental o intelectual de una persona, especialmente visto como resultado del consumo excesivo de material (ahora en particular contenido en línea) considerado trivial o poco estimulante. También: algo caracterizado como susceptible de conducir a dicho deterioro", dicen los expertos de Oxford.
Según ellos, este término ha ganado gran prominencia este año, siendo utilizado para expresar las preocupaciones sobre el impacto del consumo excesivo de contenido en línea de baja calidad, especialmente en las redes sociales. Tanto es así que la frecuencia de uso del término aumentó un 230% entre 2023 y 2024.
Devaluar las ideas complejas
En este sentido, la Universidad de Oxford desgrana en su comunicado que esta palabra se utilizó por primera vez en 1854 en el libro Walden de Henry David Thoreau, en el que el propio escritor relata sus experiencias viviendo una vida sencilla. En el mismo, Thoreau critica la tendencia de la sociedad a devaluar las ideas complejas, o aquellas que pueden interpretarse de múltiples maneras, en favor de las simples, y ve esto como un indicador de un declive general en el esfuerzo mental e intelectual. "Mientras Inglaterra se esfuerza por curar la podredumbre de la patata, ¿no se esforzará nadie por curar la podredumbre cerebral, que prevalece mucho más ampliamente y de manera fatal?", escribe Thoreau en sus páginas.
Según el centro británico, desde la época de escritor estadounidense hasta ahora el término ha adquirido un nuevo significado en la era digital, "especialmente en el último año". En este sentid, desde Oxford desgranan que "inicialmente, podredumbre cerebral ganó fuerza en las plataformas de redes sociales, en particular en TikTok entre las comunidades de la generación Z y la generación Alpha, pero ahora se usa más ampliamente, por ejemplo en el periodismo convencional, en medio de las preocupaciones sociales sobre el impacto negativo del consumo excesivo de contenido en línea".
Así, durante este 2024 la palabra ha pasado a definir tanto la causa como las consecuencias del consumo de este contenido, "haciendo referencia al de baja calidad y poco valor que se encuentra en las redes sociales e Internet, así como al posterior impacto negativo que se percibe que tiene el consumo de este tipo de contenido en un individuo o sociedad". También se usa de forma más específica y consistente en referencia a la cultura online y, a menudo, de forma humorística o autocrítica en ciertas comunidades.
Los expertos que han realizado la encuesta también hacen hincapié en que brain rot también está llevando a una conversación más amplia y seria sobre el posible impacto negativo que el consumo excesivo de este contenido podría tener sobre la salud mental, en particular en niños y jóvenes. Hasta tal punto llega esta peocupación que, principios de este año, el centro de salud mental Newport Institute de EEUU llegó a publicar una serie de consejos sobre cómo reconocer y evitar la podredumbre cerebral.
Según este centro, la podredumbre cerebral "es un estado de confusión mental, letargo, reducción de la capacidad de atención y deterioro cognitivo que resulta de un exceso de tiempo frente a una pantalla" y apuntan a que sus consecuencias pasan por "la dificultad para organizar información, resolver problemas, tomar decisiones y recordar información", por lo que abogan por un control en el uso de pantallas, "no sucumbir a las noticias sensacionalistas y negativas diversificando las fuentes de información".