La Unión Europea trata de mantener el equilibrio en las arenas movedizas globales que se dan ahora mismo. Este jueves ha sido una nueva jornada de respuestas y de desafíos a Donald Trump, con una censura generalizada a la calificación de "dictador" que el presidente de Estados Unidos le dedicó a Volodimir Zelenski. "Zelenski fue elegido democráticamente en unas elecciones justas, libres y democráticas. Ucrania es una democracia, mientras que la Rusia de Putin no lo es", expuso el portavoz adjunto de la Comisión Europea, Stefan de Keersmaecker, en rueda de prensa desde Bruselas. Un mensaje que también salió de la propia presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, y del presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa.
La UE, por tanto, cierra filas con Ucrania solo unos días después de que Trump acusara al país de haber iniciado la guerra: la semana que viene, cuando se cumplen tres años de invasión, el colegio de comisarios celebrará en Kiev su reunión periódica, y Costa también estará en la capital ucraniana. Lo mismo que Pedro Sánchez: el presidente del Gobierno se verá allí con Zelenski mientras Emmanuel Macron viaja a Washington para verse con el propio Trump en la Casa Blanca -está por ver si lo hace junto al primer ministro británico, Keir Starmer, que hará el mismo viaje-. Europa, orillada por EEUU en el marco de las negociaciones de paz, despliegue poco a poco su 'red diplomática'.
Esos esfuerzos irán acompañados de más apoyo militar para Ucrania. El lunes está previsto que los países de la UE pacten un nuevo paquete de ayuda urgente para Kiev por valor de 6.000 millones de euros, aunque todavía está por ver qué Estados miembros acaban participando. Será en la reunión de ministros de Exteriores, muchos de los cuales se encuentran en Sudáfrica para asistir al encuentro del G20. Este jueves, de hecho, los europeos se han visto con la Alta Representante, Kaja Kallas, para aunar esfuerzos en torno a las necesidades ucranianas.
En ese encuentro participaron el jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares y delegaciones de Alemania, Francia, Holanda, Noruega e Irlanda, además de Kallas. "Frente a los que quieren dividirnos, diálogo y cooperación multilateral", subrayó el ministro español, que quiere "un compromiso con la paz y con la democracia" frente a la manera en la que Trump inclina el tablero hacia Vladimir Putin.
El shock actual ha acentuado además el debate -ya abierto antes- de que Europa tiene que invertir aún más en Defensa, y en ello incidió de nuevo el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. El neerlandés advirtió que los países aliados que no alcancen pronto el 2% del PIB de gasto en el plano militar recibirán la presión por parte de Trump. En ese grupo está, por ejemplo, España, que se encuentra en un 1,28% y no prevé alcanzar el 2% hasta 2029. "Les digo que si no reaccionan a mis llamadas, podrían recibir llamadas de un hombre en Washington, que podría exigir menos tiempo en lo que quiere lograr. Entonces, si no soy yo, podrían recibir llamadas de algunos otros", resumió Rutte que aún así considera que el siguiente techo que hay que superar es el del 3%.
Lo que también sigue creciendo son las tensiones entre Zelenski y la Administración Trump. De hecho, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Michael Waltz, ha recomendado al presidente de Ucrania que "rebaje el tono" y acepte "la oportunidad histórica" de alcanzar la paz. Al mismo tiempo, Washington reclama a Kiev que acepte el acuerdo que permitiría a EEUU tener acceso al 50% de los yacimientos de tierras raras del país, una cifra desvelada por el propio Zelenski; fue Trump quien le hizo ese reclamo, dijo, en la llamada que tuvieron hace semanas. "Hemos presentado a los ucranianos una increíble oportunidad histórica: Estados Unidos puede invertir en su economía, invertir en sus recursos naturales", resumió Waltz.
Zelenski, por su parte, no cede: quiere estar en la mesa de negociación y asegura que no va a ceder, mientras EEUU sigue apretando, no solo con calificativos, sino también casi con ultimátums. "Hemos hecho mucho, mucho por la seguridad de Ucrania, y decir que vamos a cambiar la naturaleza de nuestra ayuda en el futuro no creo que deba ofender a nadie", terminó Waltz, que asimismo volvió a defender los planes del presidente estadounidense: "Está haciendo lo que tiene que hacer un líder".
Desde la perspectiva ucraniana no hay acercamiento alguno todavía para la paz. Kiev reconoce que queda mucho por hacer, pero mantiene su confianza en que se pueda alcanzar al menos un alto el fuego este mismo año. "Es paradójico. A pesar de que las posiciones iniciales de ambas partes son diametralmente opuestas, hasta donde es posible, creo que al mismo tiempo este año llegaremos a un alto el fuego", esgrimió al respecto el jefe de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, Kirilo Budanov. Mientras todo se sigue moviendo, el Gobierno de Zelenski puede ver esto como un primer paso: "Esa será otra cuestión, pero creo que se producirá. Se dan la mayoría de los elementos para que esto ocurra".