Donald Trump volverá a sentarse en la Casa Blanca tras arrasar en unas elecciones, las de este martes, que se antojaban reñidas y que finalmente no lo han sido tanto. Pero su vuelta al despacho oval nada tiene que ver con 2016, cuando arrancó su primera legislatura, pues ahora lo hace como el primer presidente estadounidense que ha sido declarado culpable de 34 delitos y que además cuenta con 48 imputaciones.
Este es el espinoso y complejo entramado judicial que afronta... y lo que puede pasar a partir del 20 de enero, cuando jure el cargo, o incluso antes.
Causas penales
El magnate enfrenta tres causas penales abiertas (por el asalto al Capitolio, por la injerencia electoral en Georgia y por el caso Stormy Daniels) porque la cuarta fue desestimada por completo el pasado mes de julio, cuando la jueza Aileen Cannon, que fue elegida por el propio Trump, anuló el proceso contra él por ocultar documentos clasificados de la Casa Blanca en su lujosa residencia de Mar-a-Lago. Pero ¿en qué estado está cada una?
- Asalto al Capitolio. Donald Trump está imputado en la causa federal que investiga el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, cuando los seguidores republicanos intentaron revertir su derrota a la fuerza. El magnate está acusado de cuatro cargos por conspiración para defraudar a EEUU, conspiración por obstruir un procedimiento oficia, por intentar obstruir un procedimiento oficial y por conspirar contra los derechos de los ciudadanos. La causa está a la espera de juicio.
- Injerencia electoral en Georgia. La fiscal Fani Willis acusa a Trump de conspirar para cambiar los resultados electorales del estado de Georgia. No es el único imputado; también investiga a otras 18 personas, incluidos su último jefe de gabinete, su abogado y el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani. La investigación surge a raíz de una llamada telefónica de Trump al secretario de Estado de Georgia. El magnate se enfrenta a 10 cargos y cuatro de los acusados se han declarado culpables. Aún falta fecha para que se celebre el juicio.
- Stormy Daniels. Un jurado popular declaró culpable a Trump de 34 cargos graves en el caso de Stormy Daniels, en el que fue el primer juicio penal contra un expresidente. La sentencia, que ha sido aplazada hasta en dos ocasiones, debería conocerse tras las elecciones de este martes.
¿Y ahora qué? ¿Podría ir a la cárcel?
El primer expresidente que ha sido acusado de delitos penales ha ganado las elecciones. Trump vuelve a ser presidente. Y eso hace casi seguro que no acabará entre rejas. "Si pierde las elecciones, creo que será condenado, y creo que será condenado a prisión. Si gana, no creo que esto siga adelante", aseguraba a la CNN hace una semana Karen Friedman Agnifilo, ex alta funcionaria de la oficina del fiscal del distrito de Manhattan.
Ahora que Trump ha vuelto a ganar unos comicios presidenciales, es más que probable que no vaya a prisión al menos durante su mandato de cuatro años. No es privilegio, es la ley. Una ley federal impide procesar a un presidente en ejercicio. Una victoria electoral es "su tarjeta para salir libre de la cárcel", afirma Agnifilo.
La única imputación penal que ha terminado a estas alturas en condena es la de Nueva York, en el caso de los pagos a la actriz Stormy Daniels, por falsificación documental. Hay que añadir las condenas (civiles, no penales) por fraude financiero con su empresa familiar, y por abuso sexual y difamación a la columnista E.Jean Carroll.
El juez Juan Merchan de Nueva York iba a anunciar su sentencia contra Trump el 18 de septiembre, pero decidió aplazarla al tratarse de un candidato presidencial. "Este asunto ocupa un lugar único en la historia de esta nación" y su complejidad impide "ejecutar los requisitos de una audiencia de sentencia, explicó el magistrado.
Merchan podría condenar al ahora presidente electo a no cumplir condena, a libertad condicional o a prisión. Decidió anunciar su sentencia el 26 de noviembre, tres semanas después de las elecciones que llevan a Trump de vuelta a la Casa Blanca. El político se enfrenta a entre 1/3 y 4 años de prisión por cada cargo, con un máximo de 20 años. Durante el juicio, Trump violó 10 veces la orden de silencio del juez, algo que también podría tener en cuenta.
El magistrado de Nueva York retrasó el anuncio de su sentencia tras escuchar la petición de los abogados del político. Ahora pedirán un aplazamiento indefinido y lo más probable es que, en vista de que Trump vuelve a ser presidente, se le conceda.
¿Se puede condenar a un presidente?
Merchan decidirá si desestima la condena a Trump a la luz de la decisión del Tribunal Supremo de EEUU sobre la inmunidad presidencial que limita qué pruebas pueden presentarse ante un jurado. Si el juez acepta la moción de los abogados del político, los cargos serían desestimados y él no sería condenado.
Ahora que Trump ha ganado la carrera a la Casa Blanca, aunque su caso no fuera desestimado, es probable que sus abogados utilicen argumentos constitucionales para cuestionar que un juez estatal puede condenar a un presidente electo. Todo ello podría atascar el caso en los tribunales durante años.
Además, es probable que, como decíamos, el equipo jurídico de Trump argumente que éste no debe ser sentenciado hasta que termine su mandato, cuatro años a partir de enero de 2025.
Y finalmente, la Constitución estadounidense no contempla la prohibición de ser presidente a un condenado por la justicia, ni siquiera si acaba en la cárcel. Sólo podría pasar por un delito de insurrección.
¿Y si es condenado?
Trump y su equipo legal pueden aún elegir la táctica de retrasar indefinidamente la sentencia. Pero si el juez Merchan llegara a dictar sentencia y fuera a prisión, se cree que los abogados pedirían inmediatamente que se permitiera al presidente electo permanecer fuera de la cárcel para apelar el veredicto y la sentencia.
El magistrado decidiría si se lo concede. Si no lo hace los abogados de Trump podrían acudir a los tribunales de apelación estatales para solicitar una suspensión de emergencia de la sentencia.
Si no se traslada la fecha de la sentencia, los tribunales podrían decidir que Trump, ahora que ha vuelto a ganar su derecho a estar en el despacho oval, podría empezar a cumplir la condena una vez finalizado su mandato. Tendría entonces 82 años.
En favor de Trump está también el hecho de que los delitos son de clase E, la categoría menos grave dentro de este tipo de faltas. Además, como expresidente (ahora de nuevo presidente) ya tenía derecho vitalicio a la protección del Servicio Secreto de EEUU. También juega a su favor el hecho de que carece de antecedentes penales.
Todo ello también podría aplicarse a las otras imputaciones. Pero esa decisión es del fiscal de distrito de Manhattan, el demócrata Alvin Bragg. "Creo que es sustancialmente más probable que Bragg pida prisión", opina Elie Honig, analista legal senior de CNN y ex fiscal estatal y federal.
¿Se podría indultar a sí mismo?
Es complejo, pero parece que no. De entrada, la Constitución de EEUU no se refiere a esta posibilidad. Sólo menciona que el presidente puede otorgar indultos y clemencias; se supone que a otros, pero no lo aclara. De modo que los abogados de Trump podrían sostener que no está prohibido que el presidente se indulte a sí mismo.
Pero lo cierto es que todo son dudas: nadie podía imaginar el presente escenario y que un presidente valorase la posibilidad de dictar un indulto a su favor. Puede que la última palabra la tenga la Corte Suprema y que sea ésta la que decida si el autoindulto es posible.