La Facultad Invisible, una asociación de estudiantes galardonados con premios a la excelencia universitaria, acaba de lanzar su propia receta "para sacar a la educación española de la UCI", cuyos tres ingredientes principales son: revalorizar la figura del profesor, reivindicar los suspensos como polea del esfuerzo del alumnado y aprobar una ley de educación duradera.
La idea surgió después de revisar los resultados del informe PISA de 2022 y comprobar que la proporción de estudiantes quinceañeros españoles con puntuaciones por debajo del nivel básico en Lectura, Matemáticas y Ciencias había crecido significativamente en los últimos diez años. En concreto, y respecto a 2012, subieron tres puntos porcentuales en Matemáticas, seis en Lectura y en cinco en Ciencias.
Estas son las tres soluciones principales que aporta el grupo de alumnos excelentes en un informe hecho público este miércoles por creer que servirán para elevar el nivel educativo español. Las proponen a sabiendas de que son "ambiciosas", pero "necesarias".
Una ley apartidista y duradera
La Facultad Invisible dice que la inestabilidad legislativa "es uno de los mayores obstáculos para la mejora educativa en España". Argumentan que las constantes reformas y contrarreformas han generado "un entorno de incertidumbre" que afecta tanto a los docentes como a los estudiantes.
No en vano la LOMLOE, la ley vigente, también conocida como 'Ley Celáa' porque se aprobó bajo el mandato de la ministra de educación socialista Isabel Celáa, es la octava legislación educativa en democracia.
Por eso la primera de sus propuestas sería la creación de "una ley educativa duradera y apartidista", fruto de un amplio consenso social y profesional. Piden que dicha ley sea desarrollada por expertos en la materia, "garantizando así su estabilidad a largo plazo y evitando los vaivenes políticos".
Recuperar el prestigio del profesor
La asociación denuncia en su informe "el progresivo desprestigio de la figura del profesor, que ha visto erosionada su autoridad en las últimas décadas debido a discursos públicos que minan su rol en la sociedad".
Para ello, los alumnos excelentes proponen "una revalorización de la figura del profesor", a través medidas como una mayor accesibilidad a la formación continua o la reducción de ratios, para la mejora de sus condiciones laborales y la restauración de su autoridad en el aula. Además, y a cambio de mejoras retributivas para la captación de talento, proponen exigir una formación rigurosa previa, teórica y práctica.
España, según datos de la OCDE de 2022, tiene una ratio de alumnos por profesor en infantil y primaria y secundaria por encima de los países de su entorno, aunque las comunidades autónomas vienen anunciando en los dos últimos cursos medidas tendentes a rebajar el número de niños por aula, hasta un máximo de 22 niños en infantil, por ejemplo, o de 30 a 25 alumnos en Secundaria.
Perder "el miedo a exigir" al alumnado
Respecto a la metodología, la asociación propone que los currículos persigan el desarrollo de las competencias, pero como resultado del trabajo y del aprendizaje de unos contenidos adecuadamente definidos.
Su propuesta señala que "urge" elaborar las estrategias y la legislación necesarias para asegurar que el uso de las tecnologías en las aulas "aporta más beneficios que perjuicios"
Estos expertos piden, además, que se pierda el "miedo a exigir" esfuerzo al alumnado, algo que vinculan con la limitación cada vez mayor del suspenso en las notas. Señalan que el suspenso debería enfocarse como un reto en el proceso madurativo de los alumnos: "Encajar los fracasos y buscar la superación es algo que los alumnos deben aprender y esa capacidad les beneficiará en su vida adulta", consideran.
En su informe dicen que existe actualmente una confusión entre los alumnos y las familias ante "una motivación nula para que los alumnos se esfuercen", dado que "podrán pasar de curso sea cual sea su rendimiento". Creen que las actuales limitaciones a la repetición de curso responden a "maquillaje" de estadísticas y no se corresponden con la problemática del fracaso escolar, para lo que piden a los políticos aportar recursos suficientes que garanticen una educación más personalizada ante las dificultades de aprendizaje.
Además de estas tres recetas, desde La Facultad Invisible proponen también consensuar en España pautas en materia de bilingüismo para evitar la pérdida de contenidos y aumentar la solidez de la lengua extranjera, fortalecer la educación infantil y primaria y mejorar la coordinación entre etapas. También creen que beneficiaría a las FP que se propusieran prácticas en el extranjero, que obtuvieran una mejora de imagen social y que se garantizara el tránsito a la carrera profesional.
