La sonda Parker de la NASA ha logrado sobrevivir a su aproximación más cercana al Sol, alcanzando un hito histórico en la exploración espacial. El pasado 24 de diciembre, la nave se situó a tan solo 6,1 millones de kilómetros de la superficie solar, desplazándose a una velocidad récord de aproximadamente 690.000 kilómetros por hora.
El equipo de operaciones de la misión, ubicado en el Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins, confirmó la buena salud de la nave el 26 de diciembre —en España, ya el día 27—, cuando recibió una señal desde la Parker Solar Probe, como se llama originalmente esta cápsula.
Aunque no hubo contacto directo durante la maniobra crítica, la confirmación posterior —dos días después del histórico sobrevuelo al Sol en Nochebuena— asegura que la sonda se encuentra en “buen estado y operando normalmente”, según informa la NASA.
Parker ‘llamó a casa’ enviando un tono de señal simple tras haber estado fuera de contacto con la Tierra desde el 20 de diciembre, cuando comenzó su sobrevuelo automatizado al Sol.
Este estudio de cerca del Sol permite a la sonda solar Parker “tomar medidas que ayudan a los científicos a entender mejor cómo el material de esta región se calienta a millones de grados, rastrear el origen del viento solar (un flujo continuo de material que escapa del Sol) y descubrir cómo las partículas energéticas se aceleran hasta alcanzar una velocidad cercana a la de la luz”, explica la NASA.
La nave espacial está programada para enviar una actualización de estado más detallada el día de Año Nuevo, el 1 de enero. Solo entonces los científicos sabrán si Parker realmente recopiló las observaciones esperadas del Sol durante el sobrevuelo.
Después, hacia finales de enero, cuando se haya alejado a una distancia segura del Sol, la sonda debería transmitir la mayor parte de las imágenes y datos científicos.
Un acercamiento sin precedentes
En esta arriesgada misión, Parker se acercó casi diez veces al Sol que la distancia entre esta estrella y Mercurio, el planeta de nuestro sistema solar más cercano.
Eso significa que esta nave espacial ha soportado temperaturas ardientes de más de un millón de grados Celsius durante su aventura solar. Sin embargo, gracias a su tecnología, ha logrado mantener sus instrumentos a una temperatura ambiente de alrededor de 29 grados centígrados.
Esto es posible gracias a que la Parker Solar Probe está equipada con un innovador escudo térmico de carbono compuesto que puede soportar temperaturas cercanas a los 1.400 grados Celsius.
Sus instrumentos miden campos magnéticos, partículas energéticas y ondas de plasma, proporcionando datos cruciales para entender cómo se generan y propagan las tormentas solares.
Lanzada en agosto de 2018, la nave se ha sumergido en las regiones más inhóspitas del sistema solar y ha realizado múltiples aproximaciones al Sol, cada una acercándose más que la anterior.
Sus investigaciones son además clave para futuras misiones tripuladas a la Luna y Marte, donde las radiaciones solares representan un riesgo significativo para los astronautas.
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