Un socio del magnate británico fallecido en el velero de Sicilia murió dos días antes del naufragio

El magnate británico Mike Lynch -fundador y presidente de Autonomy- y su socio empresarial Stephen Chamberlain -vicepresidente y ejecutivo financiero de la misma compañía- habían sido condenados por los mismos delitos de fraude fiscal, malversación y falsificación de cuentas a razón de sus puestos. Los dos empresarios han atravesado un periplo judicial en EEUU que concluyó con la absolución de Lynch y Chamberlain, fallada a principios de junio de este año. Solo dos meses después de que el Tribunal de San Francisco sentenciara su puesta en libertad, ambos han perdido la vida en el corto lapso de tiempo de dos días.

Lynch, bautizado como el 'Bill Gates' británico por ser uno de los emprendedores 'tech' más influyentes del Reino Unido, falleció en el velero de lujo hundido este lunes a 50 metros de profundidad en Sicilia, donde celebraba precisamente su puesta en libertad. Su cuerpo fue identificado este jueves tras una búsqueda en la que todavía se trata de encontrar a su hija Hannah, de 18 años.

Solo dos días antes del suceso acaecido en aguas italianas, su socio y coacusado en el entramado judicial, Chamberlain, falleció atropellado por un automóvil en Cambridge (Reino Unido) mientras estaba corriendo.

Aunque las especulaciones sobre la dudosa casualidad de ambos fallecimientos han corrido como la pólvora, la Policía británica ha esclarecido que no hay indicios de que la muerte del socio, de 52 años, sea "sospechosa o inoportuna", según BBC News.

"Todo lo que podemos hacer es investigar el incidente en nuestro condado y hasta el momento no hay indicios de nada sospechoso o extraño y estamos convencidos de que se trata de una trágica colisión de tráfico", dijo al medio británico una portavoz de la policía de Cambridgeshire.

"Graves irregularidades contables"

En 1991, Lynch ayudó a fundar Cambridge Neurodynamics, una empresa especializada en la detección y el reconocimiento de huellas dactilares por ordenador. Cinco años más tarde creó Autonomy, una empresa tecnológica cuyo software se basa en un método estadístico conocido como "inferencia bayesiana" (un proceso de actualización de las probabilidades).

La empresa triunfó por la capacidad de su software para extraer información útil de todo tipo de datos, como llamadas telefónicas, correos electrónicos, imágenes o vídeos. Multinacionales como Shell o BMW y gobiernos como los de Reino Unido y Estados Unidos estaban entre sus clientes.

Tanto creció el valor de Autonomy, que cuando en 2011 Lynch se la vendió al gigante informático estadounidense Hewlett-Packard le pagaron 11.000 millones de dólares. Claro que a la operación, cuenta BBC News, le siguió una intensa batalla legal que duró más de una década. El precio de venta fue puesto en duda por los mercados y en consecuencia el valor de Autonomy se redujo en miles de millones solo un año después. En 2012, HP anunció una amortización de 8.800 millones de dólares porque había descubierto "graves irregularidades contables".

En 2018, la fiscalía de EEUU presentó cargos contra Lynch. Se enfrentaba a dos décadas de cárcel. Según la justicia estadounidense, el empresario había ocultado el negocio deficitario de la firma revendiendo hardware. También lo acusaron de intimidar o pagar a las personas que mostraron reparos a la operación. En esta causa judicial también estaba acusado el fallecido Chamberlain.

Finalmente, en junio de este año, un jurado de San Francisco absolvió a Lynch de un cargo de conspiración y 14 de fraude electrónico. En una reciente entrevista, el empresario declaró que creía que sólo había podido demostrar su inocencia ante los tribunales estadounidenses gracias a su riqueza. "No deberías necesitar tener fondos para protegerte como ciudadano británico", dijo.

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