El empate técnico en el cómputo de las elecciones presidenciales de Ecuador obliga a realizar una segunda vuelta de infarto programada para el 13 de abril, dentro de poco más de dos meses. Faltan sesenta y tres días para decidir si los ecuatorianos quieren un segundo Gobierno de su presidente más joven o darle la confianza a la primera mujer elegida democráticamente en su historia.
Ese día Daniel Noboa, actual presidente y candidato de Acción Democrática Nacional (ADN), y Luisa González, apadrinada del expresidente Rafael Correa que gobernó el país durante una década (2007-2017) y líder del izquierdista Movimiento Revolución Ciudadana (RC), se enfrentarán por segunda vez tras las elecciones del 20 agosto de 2023.
Con el 92,04, Noboa encabezaba este lunes el escrutinio con el 44,31 frente al 43,83%, una diferencia de apenas cuarenta y cinco mil votos. A media noche del domingo el resultado iba aún más ajustado con una diferencia de apenas 22.000 votos.
El más de medio millón de votos (5,25%) del candidato indígena, Leónidas Itza, que mantuvo una mala relación con Correa, y el cuarto de millón de la candidata ecologista (2,71%), Andrea González, van a ser decisivos. Otras 12 fuerzas políticas han sumado unos 350.000 votos y un porcentaje del 3.5%, cifras muy bajas pero fundamentales en una elección muy competida. Un millón cien mil electores, un 11,4% del total, tendrán en sus manos el futuro de su país.
En su anterior enfrentamiento electoral de agosto de 2023, Noboa ganó a González con una diferencia de 3,66%. En las elecciones del abril de este año el resultado puede estar aún más ajustado y el trasvase de votos de los partidos pequeños va a ser fundamental para conocer quién gobernará Ecuador durante los próximos cuatro años.
El resultado del domingo sorprendió a muchos por el estrecho margen de diferencia de votos. Parecía que Noboa, que ha aprovechado todo el aparato del Estado para realizar su campaña, iba a ganar con más amplitud. Incluso una encuesta le daba la mayoría absoluta en la primera vuelta. Otra encuesta a pie de urna también le daba la mayoría suficiente para evitar la elección de abril, aunque tenía un margen de error de un 3%.
Noboa invirtió grandes recursos económicos en la campaña electoral, pero no han sido suficientes para despegarse de su contrincante. Pero los resultados empezaron a ajustarse a primera hora del cómputo oficial y Noboa ni siquiera se presentó a los actos programados con sus seguidores para celebrar su victoria.
La líder izquierdista, en cambio, compareció públicamente para definir el "empate técnico" como "una gran victoria" y llamó a una unidad de izquierdas para la segunda vuelta con el objetico de derrotar a un candidato-presidente que "usó el poder del Estado para hacer campaña".
Pero el líder indígena Leónidas Iza anunció que "nos vamos a ir a endosar voto a nadie" y anunció que se abre un periodo de negociación en la que va a exigir a los candidatos "paciencia pare escucharnos y entendernos".
Noboa es un millonario que nació en Estados Unidos, perteneciente a la tercera generación de una familia de empresarios que amasó grandes fortunas exportando bananas, con un padre que nunca pudo ser presidente a pesar de presentarse hasta en cinco ocasiones a diferentes elecciones.
Pasó de ser un político poco conocido a convertirse con 35 años en el presidente electo más joven de la historia tras las elecciones anticipadas de 2023 propuestas por el entonces presidente, Guillermo Lasso, una maniobra con la que quería superar las amenazas de la Asamblea Nacional de enjuiciarlo por presunta malversación de fondos.
En los casi quince meses que lleva en el poder ha llevado a cabo una estrategia de mano dura contra el narcotráfico y las bandas militares que le ha permitió descender los resultados de homicidios durante 2024 en comparación con el año anterior, cuando se batieron todos los récords en un país que ha pasado de ser uno de los más tranquilos de América Latina a uno de los más violentos en la última década. Pero en enero de este año se dispararon los índices de crímenes hasta producirse uno cada hora.
La militarización del país con renovaciones continuas del estado de excepción ha provocado la multiplicación de las violaciones de los derechos humanos, tal como ha señalado las principales organizaciones internacionales. Noboa y su Gobierno no han digerido bien estas críticas a su gestión. El actual presidente es partidario de que los menores de edad a partir de los 15 años sean juzgados como adultos por delitos y crímenes cometidos tras ser reclutados por bandas criminales.
Luisa González, abogada de 47 años, ha realizado su carrera política de las últimas dos décadas al lado del expresidente Rafael Correa. Su primer cargo, en marzo de 2008, fue de asesora de la Secretaria de Comunicación e Información de la Presidencia de Ecuador y a partir de 2010 asumió el cargo del coordinadora general de la agenda presidencial.
Tras pasar tres años como vicecónsul del Ecuador en Madrid, fue nombrada viceministra en el Ministerio de Turismo, regresó como Cónsul General a España en 2015 y en 2017 fue nombrada ministra de Trabajo en el Gobierno del presidente Lenin Moreno, que sustituyó a Correa.
La heredera de Correa y presidenta de la formación política de ambos ha intentado durante su campaña despojarse de la sombra de su padrino político para evitar entrar en una mayor confrontación debido a la polarización que está influyendo en las decisiones de los electores.
Tampoco puede alejarse totalmente de Correa porque hay un voto fiel al "correismo", muy patente tal como se demostró en las elecciones del domingo, y es un error mostrarse como una fiel seguidora porque existe un rechazo muy arraigado y trasversal en la sociedad sobre el expresidente. En alguna declaración, González ha dejado claro que será ella, y no Correa, quien tome las decisiones.
La candidata es partidaria de responder a la ola de criminalidad que azota al país con grandes operativos militares y policiales, pero considera que hay que aplicar tolerancia cero al uso excesivo de la fuerza y las violaciones de los derechos humanos. También cree que hay que multiplicar el gasto social en las zonas más afectadas por la violencia.
El absentismo escolar y la falta de oportunidades son el caldo de cultivo de las bandas criminales en connivencia con los carteles de la droga para el reclutamiento de niños y adolescentes a edades cada vez más tempranas. Como ha pasado en otros países que sufre esta lacra, los niños y las niñas envidian el alto nivel de vida de las personas vinculadas a la mafia y prefieren imitarlos que continuar con los estudios.
El MRC de Luisa González es el partido mejor organizado en todo el país con gran influencia en zonas costeras y presencia en todo el territorio. Tendrá que negociar a fondo con otras fuerzas minoritarias izquierdistas y convencer a los indígenas de sus bondades si quiere recuperar el poder en las urnas.