Las fuerzas rusas lanzaron esta madrugada un ataque a gran escala con drones contra la ciudad ucraniana de Odesa y sus alrededores, que ha provocado graves daños en infraestructuras civiles, así como en el sistema energético de la región. El bombardeo afectó gravemente a la infraestructura eléctrica, dejando sin suministro de luz y sin calefacción a 160.000 personas en plena ola de frío, con temperaturas de hasta -6°C en los últimos días.
"Durante el ataque se dañaron infraestructuras civiles, entre ellas un ambulatorio infantil, una guardería, cristales de edificios altos y automóviles. Cuatro personas resultaron heridas, entre ellas un niño. Todas han sido hospitalizadas en estado moderado", dijo el jefe de la administración militar de la ciudad, Oleh Kiper.
Kiper agregó que se han producido cortes de energía de emergencia en algunas partes de la provincia de Odesa debido al ataque ruso y que la infraestructura crítica está funcionando con generadores.
En el distrito de Kivski se han abierto centros para los residentes afectados con los cortes de calefacción, en los que hay baterías portátiles y alimentos.
"El suministro de agua está siendo facilitado por generadores y los equipos de emergencia trabajan para restaurar el suministro eléctrico", ha dicho Kiper, al tiempo que ha anunciado el "cierre temporal" de las instituciones educativas por estos cortes de suministro, por lo que "los niños no serán admitidos en escuelas y guarderías hasta que la situación se estabilice".
Por su parte, el Estado Mayor del Ejército ucraniano ha especificado en un comunicado que Rusia ha lanzado 167 drones contra territorio de Ucrania durante la noche del martes y la madrugada de este miércoles, 106 de los cuales habrían sido derribados, antes de confirmar impactos en Odesa y las regiones de Kiev, Sumi, Cherkasi y Zaporiyia.