'Remake' en la Casa Blanca

La historia se repite y de nuevo Trump impedirá que una mujer se siente en el despacho oval. En el país del espectáculo -y del malestar contra las élites demócratas-, el presidente electo es el rey y resultaba complicado que lograra batirle una candidata de repuesto –heredera del forzoso relevo de Biden–, cuyo principal mensaje era, precisamente, no ser Trump. El republicano, como JR en Dallas o Blake Carrington en Dinastía, es un gran magnate al que el público perdona sus fechorías por su carisma y enorme popularidad. Y ahora vuelve a la Casa Blanca, pero con una maleta más pesada, porque lleva dentro una condena por 34 delitos penales. Dice que viene a sanar un país en el que ha contribuido a hacer la herida más profunda. Confiemos en que la máxima de Hollywood sobre las segundas partes se refiera solo a la ficción que, visto lo visto, cada vez cuesta más distinguir de la realidad.

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