'El día después', la película de 1983 que mostraba con efectos realistas un holocausto nuclear y que dejó "deprimido" a Reagan

El fantasma de la guerra nuclear recorre Europa estos días con el aumento de la tensión entre Rusia y la OTAN a propósito de la guerra de Ucrania. Putin ha lanzado un misil balístico hipersónico (pero sin carga nuclear) y amenaza con atacar una base de Estados Unidos en Polonia "con armas avanzadas". Eso después de que Washington autorizara a Kiev a lanzar sus misiles de largo alcance sobre territorio ruso.

El contexto es preocupante y recuerda a los peores escenarios de la Guerra Fría, el enfrentamiento político, económico, ideológico y militar que tuvo lugar tras la Segunda Guerra Mundial entre EEUU y la Unión Soviética. Los historiadores consideran que la etapa más tensa se dio entre 1979 y 1989, año este último de la caída del muro de Berlín, que anunció el fin de la URSS.

Fueron los años de Ronald Reagan. En 1980, ganó las elecciones con la promesa de incrementar el gasto militar y enfrentarse a los soviéticos en cualquier lugar del mundo. El antiguo actor de Hollywood calificó a la URSS como el "Imperio del mal" y aseguró que el comunismo acabaría en "el montón de cenizas de la Historia".

Con Reagan en la Casa Blanca y Yuri Andrópov como jefe de Estado soviético, el 8 de noviembre de 1983 a punto estuvo de estallar la temida guerra nuclear. El episodio, conocido como el "War Scare 1983" (el susto de guerra), casi causa un verdadero enfrentamiento entre EEUU y las URSS, entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, que hubiera sido nuclear y de consecuencias terribles.

Un holocausto nuclear con efectos de 1983

Sólo unos días después se emitió en EEUU por televisión (así se estrenó) una película que lo contaba con detalle. Porque el miedo al conflicto nuclear era real y omnipresente. El film se titulaba The Day After ('El día después').

Dirigida por Nicholas Meyer, con Jason Robards y John Lithgow, JoBeth Williams y Steve Guttenberg como protagonistas, la cinta se estrenó en la cadena ABC el 20 de noviembre de ese 1983. La película narra en 122 minutos cómo una guerra entre fuerzas de la OTAN y el Pacto de Varsovia se intensifica rápidamente hasta acabar en un intercambio nuclear entre EEUU y la URSS.

La cinta narra los devastadores efectos de un holocausto nuclear. La acción de El día después se centraba en los residentes de Lawrence (Kansas) y Kansas City (Misuri), así como en varias granjas familiares situadas junto a los silos de misiles nucleares estadounidenses.

"Sus habitantes hacían vida normal, muchos de ellos ajenos a la creciente tensión entre la Unión Soviética y los Estados Unidos por un conflicto en Berlín. Pero cuando la guerra estalla, la cercanía de Lawrence a una base de misiles nucleares estadounidenses firmará la sentencia de muerte a la mayoría de sus habitantes". Así resume Filmaffinity el contenido de una película que dejó impresionados a los espectadores de medio mundo.

Reagan vio la película antes

La audiencia de El día después aquel 20 de noviembre fue de récord: más de 100 millones de telespectadores. Los medios se hicieron eco durante días. Newsweek le dedicó su portada con el título Pesadilla nuclear televisiva.

The Day After recibió 12 nominaciones a los premios Emmy y ganó dos. En España se estrenó en septiembre de 1984. Cuentan que fue en un cine de Madrid y que estaba lleno de políticos.

Reagan vio la película en octubre de 1983, un mes antes de su estreno. En su diario escribió: "El film es muy eficaz y me dejó muy deprimido". Es más, el entonces presidente de EEUU asegura que El día después le hizo cambiar de opinión sobre la política imperante respecto a una "guerra nuclear".

El efecto del film sobre la realidad

En sus memorias, Reagan trazó una relación directa entre la película y la firma, en 1987, del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, que por la parte soviética refrendó el entonces primer ministro, Mijaíl Gorbachov. La cinta también se proyectó para el Estado Mayor Conjunto.

Se cuenta que el presidente norteamericano envió más tarde un telegrama al director del film, Nicholas Meyer. "No pienses que tu película no tuvo nada que ver, porque sí lo tuvo", decía el texto. En 2010, en una entrevista, Meyer dijo que lo del telegrama era un mito. Hay otra historia apócrifa que asegura que, después de ver el apocalipsis nuclear en la película, Reagan dijo: "Eso no ocurrirá bajo mi mandato".

Antes del fundido a negro que da paso a los créditos finales de El día después, se escucha a un personaje (el profesor interpretado por John Lithgow) que pregunta: "¿Hola? ¿Hay alguien ahí... alguien, vivo?". Más allá comienza el invierno nuclear. Pero eso el espectador ya no lo ve; lo intuye, que es aún peor.

En ese momento la ABC añadió un cartel explicativo que leyeron, aún helados, los más de 100 millones de espectadores: "Los eventos catastróficos que acaban de presenciar son, con toda probabilidad, menos devastadores que la destrucción que se produciría en el caso de un ataque nuclear total contra Estados Unidos".

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