Hasta hace cuatro años, la figura dominante de UFC, siempre con permiso de Jon Jones, era Khabib Nurmagomedov. El luchador daguestaní dominaba la división del peso ligero, imponiéndose a cualquiera que se pusiera en su camino. No importaba que fuera Conor McGregor o Justin Gaethje. En aquel momento todos los ojos estaban puestos en 'The Eagle' y, sin embargo, a su sombra crecía un luchador (y compañero de equipo) tan dominante como él: Islam Makhachev.
Makhachev debutó en UFC en 2015, ganando por sumisión. Sin embargo, en el siguiente combate perdió por KO. Esto dejó fuera de la competición al daguestaní durante casi un año, en el que Khabib ya empezó a codearse con la élite del peso ligero. Además, aquella derrota le obligó a dar un paso atrás y coger a oponentes de menor nivel.
Nueva versión
Este contratiempo de Makhachev, en cualquier caso, nunca le hizo perder el norte. Desde entondes ganó a todo el que le pusieron por delante gracias a un grappling, que es casi tan sofocante como el de Nurmagomedov, pero, además, empezó a desarrollar su striking. A Gleison Tibau por ejemplo le noqueó de un puñetazo y, ya más recientemente, a Volkanovski lo mandó a la lona con una patada. En cierto sentido, Makhachev es una versión, si no más sofistica, al menos más completa o divertida que Khabib que le ha permitido ser nombrado el mejor luchador libra por libra.
El próximo sábado, en UFC 311, esta nueva versión del daguestaní se medirá con Renato Moicano, que se ha encontrado con la oportunidad de pelear por el título tras la lesión de Arman Tsarukyan. Sea como sea, es esta versión de Makhachev a la que quiere medirse Topuria. Es ahí donde el campeón del peso pluma podría demostrar todo su potencial, tanto en el golpeo como en la lucha.