La primera experiencia de los jóvenes españoles con el mercado de trabajo suele estar marcada por la precariedad. Los primeros empleos 'legales' a los que accede este colectivo suelen estar marcados por salarios bajos, contratos que duran poco y trabajos en hostelería y comercio. Eso sí, los jóvenes se incorporan cada vez más tarde al mercado porque alargan sus estudios y lo hacen cada vez más con contratos indefinidos.
Estas son las líneas principales de un estudio elaborado por el investigador Florentino Felgueroso, investigador en Fedea en el marco del Observatorio trimestral del mercado de trabajo. Un foro de análisis en el que participan también BBVA Research y el bufete Sagardoy. Gracias a los microdatos de la vida laboral de la Seguridad Social, Felgueroso ha logrado reconstruir un retrato de cómo son las primeras incursiones de los trabajadores en el mercado laboral español.
Los datos reflejan que la mitad de los jóvenes cobran alrededor de 400 euros o menos en su primer empleo. Una cifra que no se ha movido demasiado en los últimos 20 años. De hecho, si tenemos en cuenta el efecto de la inflación, estos primeros salarios se han devaluado en las últimas dos décadas. Este dato está muy condicionado por el tipo de jornada. Para quienes logran un primer empleo a jornada completa, el salario mediano ronda los 1.300 euros mensuales.
También hay que tener en cuenta que una parte nada desdeñable de los trabajadores que 'debutan' en el mercado laboral regular son extranjeros. El año pasado, supusieron algo más de la mitad de las primeras altas. En estos casos, las características de los trabajadores son algo diferentes. Los salarios a jornada completa son muy similares, pero el sueldo mediano general de este colectivo es algo más alto que el de los españoles.
La razón es que, en muchos casos, los asalariados extranjeros ya cuentan con experiencia previa en sus países de origen, lo que les permite negociar retribuciones algo más altas. Algo que no sucede en el caso de los nacidos en España, para quienes su primera alta suele coincidir con su primera experiencia laboral digna de tal nombre.
Los primeros empleos en España se concentran también en sectores muy concretos. En concreto, el 40% de ellos se generaron en hostelería o comercio, que son las dos grandes puertas de entrada al mercado laboral en España. También, dos de los sectores de todo el tejido productivo donde las retribuciones son más bajas. Además, la rotación es muy elevada. Casi la mitad de los trabajadores que empiezan en hostelería no se repiten.
Otra de las características que sobresale cuando se analizan estas primeras experiencias laborales es la escasa duración de los contratos que se firman. Solo el 30% de los primeros empleos sobreviven durante más de un año. Una proporción que ha ido disminuyendo desde el 50% que se registraba en 2021, justo antes de la entrada en vigor de la reforma laboral.
La reforma laboral tuvo otra consecuencia en este sentido. Y es que la vía de entrada al mercado laboral se ha convertido en el contrato indefinido. El año pasado, el 44% de los primeros contratos eran indefinidos ordinarios, un porcentaje que superó a los temporales (35%) y a los fijos discontinuos (22%).
La entrada al mercado se retrasa
En los últimos años, se han producido algunos cambios importantes en la forma en que los jóvenes acceden al mercado laboral. Quizá el más llamativo es que la edad promedio con la que se firma el primer contrato se ha ido ampliando a medida que los jóvenes alargan su periodo de estudiantes. En 2023, el 39% de las primeras experiencias laborales se produjeron antes de los 20 años, tres puntos menos que en 2007.