"Los socios de Pedro Sánchez le ven como a una presa fácil, no le van a soltar hasta exprimirlo". Con estas palabras contestan fuentes del Partido Popular cuando se les pregunta si ven viable una moción de censura que expulse al presidente de la Moncloa. Lo que tratan de explicar es que, pese a la posibilidad de llegar a acuerdos con Junts en el Congreso de los Diputados, no creen que la formación de Carles Puigdemont esté preparada para tumbar el Gobierno: "El escenario de la moción de censura no existe".
La semana pasada, Junts y el PNV sumaron sus votos a PP y Vox para suprimir el impuesto a los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas, una medida con escaso impacto inmediato, pero que dificulta aún más al Gobierno cumplir la promesa que hizo a sus aliados de izquierdas de convertir este gravamen en definitivo. De modo que, aunque el Gobierno logró sacar adelante su reforma fiscal en la Cámara Baja, lo hizo a medio gas y poniendo de manifiesto una vez más las dificultades que pasa el Gobierno a la hora de legislar.
El PP lo celebró como una auténtica victoria: el vicesecretario popular, Juan Bravo, se felicitó porque, al unir sus votos con los soberanistas catalanes de la derecha, lograron "que los españoles vayan a pagar 6.500 millones de euros menos en impuestos". La misma consigna ha repetido este lunes el portavoz popular en el Congreso, Miguel Tellado, que ha especificado: "Unos 350 euros por familia, de media". Por otro lado, el diputado hizo hincapié en la falta de apoyos de Sánchez y enunció que "España tiene un Gobierno que no gobierna", que está "intentando resistir mientras ese toro mecánico que son sus propios escándalos sigue dando sacudidas".
A pesar de que los de Puigdemont y los de Alberto Núñez Feijóo puedan mostrar cierta sintonía, esta se limita "al ámbito parlamentario" y a ojos del PP no implica la viabilidad de una moción de censura. El PP hace una distinción clara entre sus relaciones con Junts y las que mantiene el PSOE, más aún desde que Sánchez ha reconocido que "evidentemente" estará dispuesto a reunirse con Puigdemont en algún momento. "La sociedad española no puede estar constantemente mirando hacia atrás, tenemos que mirar hacia delante porque tenemos enormes retos por delante", señaló el presidente este lunes, en alusión al referéndum de 2017.
Mientras que "Sánchez irá a Suiza a recibir órdenes" y a "mendigar apoyos haciendo lo que tenga que hacer para mantenerse un día más", el PP defiende que "hace política desde el Congreso de los Diputados" con el objetivo de "mejorar la calidad de vida de la gente". Mientras ese sea el escenario, tal y como afirmó Miguel Tellado este lunes, Junts contará con los votos del PP y viceversa.
"Lo malo es que haya que ir a Waterloo o que haya que ir a Suiza para decidir el futuro de España: para eso ya está Pedro Sánchez", subrayó el portavoz del PP, que no obstante no tuvo reparo en continuar lanzando guiños a Junts: "Queremos decir a los españoles que hay alternativa". "Frente al infierno fiscal, el PP lidera la alternativa de bajada de impuestos para que la economía sea más competitiva e incrementemos el poder adquisitivo", continuó Tellado.
No obstante, en privado los populares son conscientes de que esa alternativa no está en este momento sobre la mesa, dado que no depende únicamente del PP y de Vox, sino que debe incluir en ese mismo saco a Junts o al PNV. La semana pasada Puigdemont volvió a amenazar al Ejecutivo desde Bruselas al señalar que "si las cosas no cambian, no tiene sentido continuar dando apoyo a Pedro Sánchez".
Según lo exponen en Génova, el problema es que a los socios del Ejecutivo "les viene bien esta situación porque tienen al Gobierno acorralado" y dispuesto a "ceder en lo que haga falta" para permanecer en La Moncloa. Ni Junts va a expulsar a Sánchez del Gobierno ni él se va a marchar de motu proprio, o al menos así lo ven en Génova.
Según afirman, el presidente está "atornillado" en su sillón y, pese a que "en un país normal nadie aguantaría en el Gobierno en estas condiciones", los populares no confían en que el desgaste vaya a provocar en este momento la salida de Sánchez del Palacio de La Moncloa.
Entre tanto, el presidente del Gobierno sigue defendiendo el proceso de "normalización política" desarrollado a raíz de la ley de amnistía. Una "normalización" que, según Sánchez, ha posibilitado situaciones como los acuerdo entre el PP y Junts en el Congreso de los Diputados, tal y como expuso el jefe del Ejecutivo en su balance anual de este lunes.
Y aunque los populares tengan clara la diferencia entre su trato con Junts y la relación del Gobierno con la formación independentista, a Pedro Sánchez le resulta de una "enorme hipocresía" que tras instigar manifestaciones de miles de personas contra la amnistía los populares "saquen pecho de sus votaciones en el Congreso". Lo que no quita que el presidente considere que los acercamientos entre el PP y Junts en el Parlamento sean otro "éxito" de la ley de amnistía. "Si Junts, junto con Vox y PP, quieren plantear una moción de censura, están en su derecho", concluyó Sánchez en su comparecencia de este lunes.