Luigi Mangione fue detenido el pasado lunes en una pequeña localidad de Pensilvania, en Estados Unidos, por el asesinato de Brian Thompson, director ejecutivo de UnitedHealthcare, la aseguradora médica más grande de EEUU. Tras seis días de intensa búsqueda, la policía logró arrestar a este estudiante aplicado y de familia acomodada.
En el momento de su detención, llevaba un arma 'fantasma' con silenciador que pudo haber sido fabricada con una impresora 3D, seis balas de 9 milímetros y 10.000 dólares en efectivo, 2.000 de ellos en moneda extranjera. Y lo más llamativo, un documento de tres páginas escrito a mano que muestra su "mala voluntad hacia las corporaciones estadounidenses", según las autoridades.
¿Qué es una pistola fantasma?
¿Un arma fantasma? Sí, en EEUU llaman así (ghost guns) a las armas de fabricación casera. Son artefactos que uno mismo puede hacer en casa con una impresora 3D o a partir de un kit con las piezas. Son fantasma porque carecen de número de serie, lo que las hace imposibles de rastrear por las fuerzas de seguridad. Están diseñadas para evitar los controles de antecedentes.
Los estadounidenses tienen derecho a poseer y portar armas y también a construirlas", defiende una web que las vende
Según la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos del Gobierno estadounidense (ATF), estas armas de fuego de fabricación privada son montadas o completadas por personas distintas a las autorizadas. Uno puede llegar a hacerse una pistola en casa por sólo 200 dólares, pero, según la CBS, su precio medio es de unos 500 dólares.
Comprarlas es sencillo, incluso si no tenemos impresora 3D: internet. Basta poner ghost gun en el buscador y aparece una web con ese exacto nombre. Su catálogo es enorme. "Los estadounidenses tienen derecho a poseer y portar armas. También tenemos derecho a construirlas. Vendemos kits de construcción, accesorios, partes superiores, acciones y kits de piezas inferiores para terminar cada sistema de armas 3D y DIY en el mercado. Los artículos que vendemos son los que utilizamos nosotros mismos", aseguran en su web..
Cualquier persona, desde un criminal hasta un terrorista, puede comprar este kit y en tan solo 30 minutos, ensamblar un arma".
Las pistolas fantasma plantean un reto para el control de armas y la seguridad pública en EEUU. En palabras del todavía presidente estadounidense, Joe Biden: "Son armas caseras (...) Cualquier persona, desde un criminal hasta un terrorista, puede comprar este kit y en tan solo 30 minutos, ensamblar un arma".
Hágalo usted mismo
Quienes venden en la red estos kits para montarlas en casa se aprovechan de las lagunas de la Ley de Control de Armas de 1968, que sólo exige números de serie en los armazones o receptores, no en todas las piezas del arma. Así que las piezas individuales pueden venderse sin la comprobación de antecedentes a la que tendría que someterse alguien que comprara un arma a un distribuidor con licencia federal.
Pero es que un arma casera no tiene obligación de llevar número de serie o cosa parecida. "Aunque las leyes estatales sobre la fabricación privada de armas de fuego varían, en general, la ley federal no exige (ni ha exigido nunca) a los estadounidenses que serialicen o registren las armas que construyen para sí mismos", se lee en la web de venta de Ghostguns.
Una vez recibido en casa el kit de la pistola fantasma el interesado sólo tiene que ensamblar sus piezas, materiales que la ley no considera armas de fuego. La caja suele incluir una pieza inacabada —suele ser el armazón o el receptor— que requiere que el comprador realice algunos taladros para que el arma sea totalmente funcional.
Montar una ghost gun es fácil y si no estamos familiarizados con las armas basta con buscar en internet algún tutorial o vídeo instructivo que nos lo explica. Las pocas herramientas necesarias son sencillas y uno construye su pistola en 30 minutos. Todo ello ha aumentado la facilidad para discretamente "fabricar" pistolas en casa.
Entre 2016 y 2021, en EEUU se recuperaron más de 45.000 pistolas y rifles fantasma en las escenas de los crímenes
Las armas fantasma no están reguladas y no se pueden rastrear. Por ello, se utilizan con frecuencia para tiroteos masivos y son las preferidas de las redes de tráfico ilegal de armas en EEUU. Entre 2016 y 2021, se recuperaron más de 45.000 pistolas y rifles fantasma en escenas de crímenes, según datos de Giffords, la organización de control de armas cofundada por Gabrielle Giffords, la congresista por Arizona que sobrevivió a un tiroteo.
Cómo frenar la epidemia de 'ghost guns'
La ATF consideraba las armas fantasma legales siempre que estuvieran destinadas para uso personal. Pero en 2021, el presidente Biden firmó una orden ejecutiva para intentar controlar la venta de materiales y herramientas que permitan ensamblar este tipo de pistolas. Se trataba de frenar la "epidemia de violencia por armas".
Antes de esa norma, los delitos con armas fantasma estaban aumentando. Pero desde la decisión de Biden y la actuación de algunos estados para hacer frente a la creciente crisis, su presencia en escenas del crimen ha ido disminuyendo, asegura Giffords. Por ejemplo, en el Estado de Nueva Jersey no se pueden comprar porque la posesión de armas de asalto no registradas está penada.
En 2022, la ATF emitió una norma que define como armas de fuego las piezas inacabadas utilizadas para fabricar pistolas fantasma. La norma exige que los vendedores tengan licencia e incluyan números de serie en las piezas. Los vendedores también tendrán que realizar una comprobación de antecedentes antes de cada venta.