Josef Fritzl, conocido como el monstruo de Amsteteen (Austria) por encerrar y violar a su hija en el sótano de su casa durante 24 años, podría salir en libertad este año. De hecho, el hombre, de 89 años, cree que "una gran celebración con gente vitoreando" y "queriendo estrechar su mano" lo estará esperando a su salida de la cárcel, según han avanzado en exclusiva al diario británico Mirror sus abogados. Su hija Elisabeth había sido dada por desaparecida en 1984 a los 18 años, pero siempre estuvo encerrada en su vivienda.
"Obviamente, no es así. Es una fantasía. No creo que él comprenda del todo lo que piensa el mundo", ha explicado su abogada, Astrid Wagner, al citado periódico. La letrada presentará una solicitud de libertad condicional para su cliente, alegando que ya no representa un peligro para la sociedad debido a su avanzada edad y estado de salud.
El violador, que tuvo siete bebés con su hija Elisabeth y fue condenado a cadena perpetua en 2009, fue trasladado el año pasado de una área de máxima seguridad de un hospital a una prisión regular. Sin embargo, sus abogados ya han anunciado que presentarán una solicitud de libertad condicional porque alegan que ya no representa un peligro para la sociedad debido a su avanzada edad y estado de salud.
"Si el tribunal lo rechaza, apelaremos y dada su condición creo que será liberado el año que viene", ha señalado la Wagner. En enero de 2024, un tribunal regional dictaminó que Fritzl ya no representaba una amenaza para la sociedad y, por lo tanto, podía ser trasladado de una prisión de alta seguridad a una cárcel normal.
Fritzl fue trasladado el año pasado desde un ala de hospital de máxima seguridad para criminales dementes a una prisión regular. Según su abogada, el violador "se arrepiente de sus decisiones cada día", pero todavía cree que tiene amigos fuera de la prisión.
Más de dos décadas encerrada en un sótano
Desde 1984 hasta 2008, Fritzl mantuvo encerrada a Elizabeth en un sótano estrecho o zulo subterráneo de su casa en Amstetten, que él mismo había construido. Ahí abusó de su hija miles de veces, resultando en el nacimiento de siete bebés, tres de los cuales permanecieron en cautiverio con su madre.
Uno de ellos murió a manos de su padre, a los pocos días de nacer, y él desechó el cuerpo en un incinerador. Los otros tres fueron criados por Fritzl y su esposa, Rosemarie, que vivían en la casa de arriba, tras encontrarlos en la puerta de la casa con notas escritas supuestamente por Elizabeth en las que pedía que cuidaran de sus hijos. Rosemarie creyó que su hija había desaparecido voluntariamente según las cartas que encontraron de ella.
El caso se descubrió en el hospital, donde llevó a su hija-nieta de 19 años Kerstin Fritzl, diciendo ser su abuelo. Los médicos del hospital se dieron cuenta de que no tenía ninguna documentación en ningún registro civil y le dijeron a Fritzl que necesitaría que la madre viniera al hospital para darle más información. Varios días después, Elisabeth les informó de lo que le había ocurrido durante los últimos 24 años.
El 28 de abril de 2008 Fritzl confesó que había encerrado a su hija en un zulo sin ventanas donde la tuvo drogada y maniatada. Según dijo la Policía, el hombre construyó una prisión a través de una pequeña puerta escondida que se accionaba mediante un código secreto. El 18 de marzo de 2009 fue condenado por homicidio, esclavitud, violación, secuestro e incesto.