Modifican un parásito de las heces de gato para que administre fármacos directamente al cerebro

Si has oído hablar del parásito Toxoplasma gondii, probablemente haya sido en una conversación sobre los riesgos de ciertos alimentos y el contacto con gatos para las mujeres embarazadas. Y es que este peculiar microorganismo que habita en la carne cruda y en las heces de los felinos, aunque es dañino para las personas gestantes o inmunocomprometidas, no suele ser motivo de preocupación para el resto de los humanos.

En realidad, el microbio tiene un ciclo de vida bastante misterioso y fascinante. Se estima que hasta un tercio de la población mundial se infecta a lo largo de la vida, y puede permanecer en el sistema nervioso central durante el resto de la vida del huésped sin provocarle ningún problema. Ahora, un grupo de científicos ha querido aprovechar estas características y emplearlo para que libere ciertos fármacos directamente en el cerebro.

Un parásito modificado genéticamente

Como detallan estos autores en la prestigiosa revista Nature Microbiology, la idea surge como una forma de sortear la barrera entre la sangre y el cerebro, que normalmente supone un impedimento para la administración de fármacos al sistema nervioso central de las personas.

Así, lo que hicieron fue aprovechar otra habilidad inusual de T. gondii, la de secretar algunas proteínas, y lo modificaron genéticamente para que en su lugar pudiera liberar proteínas terapéuticas una vez que hubiera cruzado la barrera sangre-cerebro.

Con este método, testado en modelos animales (ratones) fueron capaces de conseguir que el parásito secretase en el núcleo de las células cerebrales la proteína MePC2, cuya deficiencia se asocia con el síndrome de Rett (una condición genética que puede provocar ciertas discapacidades y que afecta mayoritariamente a mujeres).

Uso de microbios para combatir enfermedades

Más allá del caso concreto de la enfermedad, el éxito de la estrategia indica que es posible emplear este mecanismo para tratar otros trastornos neurológicos.

Aunque es la primera vez que los científicos usan T. gondii con este fin, en realidad el principio no es nuevo. Desde hace décadas, se emplean virus y bacterias modificados genéticamente para tratar determinadas enfermedades; por ejemplo, la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (la FDA) permite el uso del virus del herpes en el tratamiento del melanoma o del adenovirus para atajar el cáncer de vejiga.

Este trabajo particular está en fases aún muy preliminares, y podrían pasar años antes de optimizar de manera correcta el parásito y para entender la seguridad de la técnica (no hay que olvidar que aunque la mayoría de las personas no muestran síntomas o complicaciones por la infección, hay otras que sí). Sea como sea, ilustra algunas de las avenidas incipientes en el tratamiento de enfermedades complejas y el nacimiento de técnicas que hace muy poco tiempo nos hubieran parecido pura ciencia ficción.

Referencias

Bracha, S., Johnson, H.J., Pranckevicius, N.A. et al. Engineering Toxoplasma gondii secretion systems for intracellular delivery of multiple large therapeutic proteins to neurons. Nature Microbiology (2024). DOI: https://doi.org/10.1038/s41564-024-01750-6

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