El futuro de Venezuela parece escrito, pero no lo está. Este 10 de enero tendrá lugar la toma de posesión para un nuevo mandato sin que esté claro quién se aupará al poder: el candidato opositor, Edmundo González, se agarra a las actas electorales -esas que él ha mostrado y el régimen chavista no- para derrotar a un Nicolás Maduro que insiste en que los datos 'oficiales' le dan como ganador, aunque no lo ha demostrado y la comunidad internacional abraza de una forma u otra a González. Así, el chavismo ya ha avisado de que detendrá al diplomático en cuanto pise Caracas. Él dice que no tiene "restricciones" y su socia, María Corina Machado, reapareció este jueves tras 133 días en la clandestinidad durante la ola de protestas de la oposición en el país.
El ambiente, como se preveía, está emponzoñado. En las últimas horas la oposición ha denunciado el secuestro por parte del régimen del que fuera candidato Enrique Márquez, que se presentó a las elecciones del pasado julio como independiente y que defendía, por ejemplo, una "transición democrática" una vez que la oposición habría ganado los comicios. Además, el propio Edmundo González denunció el secuestro de su yerno por parte de varios encapuchados, algo que le obligó a acortar su viaje a Estados Unidos. "Alerta mundial", reclamaron sus simpatizantes, así como la propia Machado. El chavismo confirmó tiempo después ambos hechos. El ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, aseguró que Márquez "está vinculado con el FBI" y quería "dar un golpe de estado", igual que "el yerno del inmundo", añadió.
Eso no ha frenado a la alternativa a Maduro. "Nunca hemos estado más cerca de la libertad y nuestro compromiso compartido con la democracia y la verdad nunca ha sido más fuerte", reiteró una Machado que ha aumentado su presencia en redes sociales más si cabe y llegó a denunciar un "cerco policial" a la casa de su madre como medida de presión del régimen.
González, con todo, está convencido de su camino y lo ha demostrado con una gira internacional en la que ha logrado el abrazo de la mayoría de países latinoamericanos, además del Parlamento Europeo, que le reconoce como presidente electo. En cambio, los países europeos mantienen la cautela y prefieren esperar a ver qué pasa en la toma de posesión. Estados Unidos, Argentina, Uruguay o Panamá han sido paradas del opositor en su gira internacional para reforzar su posición, y ha encontrado también el abrazo de la gente como se vio en su baño de masas en Buenos Aires junto al presidente argentino, Javier Milei. Joe Biden, por su parte, también le recibió en la Casa Blanca para darle la foto más potente en su camino hacia la presidencia de Venezuela. Con el relevo de Donald Trump la oposición venezolana tiene asegurado el respaldo de Washington.
La oposición es consciente de que para llevar adelante su lucha contra el régimen chavista necesita del apoyo del Ejército, y también ha trabajado Edmundo González en ello. En los últimos días de su 'campaña' se dirigió a las tropas para indicar que debe "asumir el rol de comandante en jefe". "A los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en estos momentos definitorios para nuestra patria. Me dirijo a ustedes con la certeza de que juntos superaremos los retos que enfrentamos como institución y como nación. Según la Constitución de 1999, promovida por Hugo Chávez, el 10 de enero por la voluntad soberana del pueblo venezolano, debo asumir el rol de comandante en jefe con la responsabilidad de proteger a nuestras familias", resumió.
"Es necesario poner fin a una cúpula que ha desvirtuado los principios fundamentales y morales de nuestras FFAA. Muchos de ustedes han manifestado su deseo de cambio junto al resto de los venezolanos, expresándolo al votar en contra de esa cúpula que no representa una garantía de estabilidad ni un futuro para Venezuela", avisó González, consciente de que este paso fue el que le faltó por ejemplo a Leopoldo López en su momento, e incluso a Juan Guaidó, en sus intentos por derrotar al chavismo, que ya supera los 25 años en el poder entre Hugo Chávez y el propio Maduro.
Nunca hemos estado más cerca de la libertad y nuestro compromiso compartido con la democracia y la verdad nunca ha sido más fuerte
Nicolás Maduro, por su parte, dice que "defenderá la paz" durante la jornada y seguirá siendo el presidente de Venezuela. Desde el Palacio de Miraflores, que es la sede del Ejecutivo, anunció que, en uso de sus "facultades como presidente constitucional" y "comandante en jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana", aprobó, mediante decreto, la conformación "por primera vez" de estos grupos de defensa. Esto puede ser tomado por mucha gente como una amenaza velada; aunque otros miembros de su Gobierno fueron más explícitos: si González pisa Caracas "será detenido inmediatamente", apuntó el ministro del Interior. Pero el opositor no se dio por aludido.
Venezuela no sale de la crisis, y el 10 de enero puede marcar un antes y un después. Tras las elecciones, el país continúa enfrentando una grave crisis política, económica y social. Los comicios, que se celebraron en medio de una atmósfera de desconfianza y tensiones internas, han generado controversia tanto a nivel nacional como internacional. La falta de transparencia en el proceso electoral, la restricción de la oposición política y la existencia de denuncias de fraude, han empañado la legitimidad de los resultados.
Mientras el Gobierno de Nicolás Maduro ha declarado una victoria rotunda pero sin demostrarla -más allá de las conclusiones de los tribunales, que forman parte de la estructura del régimen- y muchos sectores de la sociedad, incluidos organismos internacionales, cuestionan la credibilidad del proceso y condenan la represión de los opositores. Edmundo González tiene las actas en la mano... y a ellas se agarra para acabar con décadas de chavismo. El choque con el régimen parece asegurado, mientras el mundo mira.
