Javier García no puede evitar que se le humedezcan los ojos al atender a los medios que se concentran frente a la que ha sido su administración hasta hace poco más de 15 días. Los periodistas -y algún que otro curioso- se agolpan ante este local tras saber que ha vendido el 86148, el Gordo de la Lotería de Navidad. "Ha sido una gran despedida. Es un premio a la trayectoria que hemos llevado. Llevamos muchos años intentando repartir la felicidad a la gente y al final se ha conseguido", apunta con la voz entrecortada.
Él llevaba 25 años al frente de este establecimiento, situado en la zona del AVE de la madrileña estación de Atocha. El pasado 6 de diciembre, llegada la jubilación, procedió a su traspaso y este miércoles , mientras veía el sorteo desde un bar, le ha dado un vuelco el corazón. Hasta ahora habían entregado algún que otro premio importante, pero nunca el principal del 22 de diciembre: "Un quinto había sido lo máximo".
"Lo primero que he hecho al saber que habíamos dado el Gordo ha sido venir aquí", cuenta. No en vano, una gran cantidad de esos décimos se han vendido durante su gestión. "Tan solo hemos devuelto unos treinta", apostilla Javier Moñino, empleado de este punto de venta desde hace algo más de un año.
Esta administración contaba con 130 billetes del 86148, es decir 1.300 décimos, o lo que es lo mismo, 520 millones de euros. Diez de esos décimos fueron llevados en la tarde de este martes al local que los actuales propietarios tienen también en el número 143 de la calle Toledo. Y se agotaron todos por la noche.
Allí no se ha presentado ninguno de los agraciados y por la estación tampoco se han dejado ver. Preguntados por los reporteros, los trabajadores de las tiendas y bares de Atocha aseguran no haber tenido suerte. "No es una administración típica donde tienes una clientela muy fija ni una empresa o un grupo que lo llevase íntegro o en mucha cantidad. Tenemos una parte fija pero hay mucha gente en tránsito", señalan desde la administración y estiman que el premio habrá viajado en tren a prácticamente toda la geografía española. "Ha estado muy repartido", comenta el antiguo titular.
Sevilla es precisamente una de las ciudades a las que ha llegado. Angie, que trabaja en una empresa del sector de la alimentación, atiende a 20minutos por teléfono. Esta mujer compró un décimo, que comparte con otras tres personas. Una compañera de la sede de Madrid lo adquirió en este local y se lo envió. "Muchos compañeros compramos. Unos solos, otros a medias con alguien", dice eufórica. "Justo iba a ampliar la hipoteca para pagar la reforma que he hecho en casa. No sé. Llamaré para cancelarlo. Ya no me va a hacer falta”, añade entre nerviosa y muy feliz al saber que le han tocado 100.000 euros.
Mientras, Javier García sigue atendiendo a los medios. No podía imaginar mejor broche para toda una vida dedicada a la lotería. Antes de gestionar esta administración, su familia regentaba otra en la localidad de Fuenlabrada: "Me voy por la puerta grande, como los toreros, con las dos orejas y el rabo".