Internet, y en especial las redes sociales, proporcionan miles de consejos dietéticos, entre los que es difícil cribar dónde está realmente el aval científico. Es clave, por tanto, saber de qué fuente poder fiarse sobre la alimentación, fuente de salud. De ahí la importancia de que dos entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se hayan unido para iluminar el camino.
Bajo el título What are healthy diets? Joint statement by the Food and Agriculture Organization of the United Nations and the World Health Organization, han publicado un documento que persigue dejar claras las pistas sobre lo que es y lo que no es una alimentación saludable. En este momento de saturación informativa, influencers y desinformación, es sin duda una ayuda necesaria.
Ambas organizaciones establecen sus recomendaciones en base a la evidencia científica y a los datos estadísticos que relacionan la ingesta de ciertos alimentos con un mejor y peor estado general de salud. Tener claras las siguiente cinco pistas fundamentales nos llevarían a evitar las enfermedades más prevalentes en las sociedades occidentales, como la diabetes, el colesterol o el sobrepeso, y por tanto al mismo tiempo se aminora el riesgo de morir de forma prematura.
Esta declaración conjunta contiene, según ambas organizaciones, "los principios que proporcionan la base para el diseño de políticas destinadas a mejorar la dieta y para la evaluación de la salubridad de las dietas". La evidencia científica indica que, aún teniendo presentes los diversos contextos culturales, las costumbres y la disponibilidad de alimentos, hay ciertos "principios básicos" que son los mismos en cualquier territorio.
1. Carbohidratos, fuente de energía
La OMS y la FAO los definen como una parte esencial de una dieta saludable, en concreto como "una fuente primaria de energía para el cuerpo". El porcentaje ideal de estas moléculas tiene que oscilar entre un 45 y un 75 por ciento del contenido total de calorías diarias. Como fuentes ideales para asegurar este consumo: cereales integrales, vegetales, legumbres (guisantes, frijoles y lentejas).
2. Ácidos omega 3 y omega 6, siempre presentes
El documento indicado invita a dejar atrás ese pensamiento erróneo que lleva a eliminar la grasa de la dieta porque es necesaria para la actividad celular, siendo especialmente importante el ácido linoleico (omega 6) y el ácido alpha-linoleico (omega 3). Fuentes naturales para asegurar su ingesta: colza y nueces. En cuanto a porcentajes deseables de presencia en la dieta: 15-30 por ciento de las calorías diarias.
3. Las proteínas son fundamentales
En este caso el aporte debería suponer entre un 10 y un 15 por ciento de las calorías diarias, con el objetivo de fortalecer el sistema muscular y garantizar el buen funcionamiento de hormonas y enzimas. Para garantizar su presencia en la dieta diaria, lo ideal sería una combinación de fuentes vegetales (legumbres, yogur griego, nueces, semillas, requesón) y animales (aves de corral, pescado).
4. Evitar los ultraprocesados
Nadie se sorprende a estas alturas de esta recomendación, que se basa fundamentalmente en un binomio insano: sus altas cantidades de azúcar y sal. En cuanto al primer elemento, OMS y FAO manifiestan su acuerdo sobre su presencia en la dieta diaria: menos de un 10 por ciento y, si es posible, menos de un 5 por ciento. En cuanto al sodio, siempre menos de 2 gramos diarios.
5. Evitar la carne roja, incluso en pequeñas cantidades
Quizás el punto más polémico del documento y la recomendación más difícil de seguir por la ciudadanía. Cáncer colorrectal, diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares e incluso demencia pueden ser consecuencia de una ingesta continuada de este alimento. Ambas organizaciones enfatizan que "incluso en pequeñas cantidades", su consumo tiene consecuencias negativas.
Referencias
OMS (2024, 24 de octubre). What are healthy diets? Joint statement by the Food and Agriculture Organization of the United Nations and the World Health Organization. https://www.who.int/publications/i/item/9789240101876