La inmigración ilegal, un problema al alza en 2024

El año que nos deja trajo el deseado pacto judicial entre PSOE y PP, los dos partidos que más representación tienen en el Congreso. Parecía imposible, pero lo consiguieron. Y hay bastante consenso sobre el resultado: estamos ante el CGPJ de las últimas dos décadas que ha empezado de forma más independiente. El otro pacto que debía llegar este año giraba en torno a la inmigración. Se estuvo cerca varias veces, pero fue imposible. Tenemos un presidente del Gobierno y un líder de la oposición que coinciden en un punto tan delicado como es defender las devoluciones de inmigrantes ilegales para –en palabras de Sánchez– "dar un mensaje desincentivador, nítido, claro y contundente a las mafias y a quienes se ponen en sus manos". También coinciden ambos en que debe garantizarse un trato digno a los migrantes menores que llegan a nuestras costas. Sin embargo, pese a tener estos dos puntos en común , la realidad es que Sánchez y Feijóo han optado por no firmar un acuerdo. No tendrían más que ver en qué situación se encuentra el resto de Europa para que sean conscientes de que, o sellan la paz y marcan una política firme y común en este asunto, o todos saldrán perjudicados.