Un geógrafo de Ginebra se pronuncia sobre la posibilidad de una erupción masiva en el mundo

Doscientos años después de la erupción más poderosa de la historia, que se produjo en 1815, cuando el volcán indonesio Tambora explotó y provocó el 'año sin verano', los científicos estudian las posibilidades de que seamos testigos de otra supererupción cuyas consecuencias serían aún peores que las de entonces.

Según el Dr. Markus Stoffel, profesor de clima en la Universidad de Ginebra, citado por CNN, la evidencia geológica sugiere una probabilidad de entre seis de que haya una erupción masiva este siglo.

Asimismo, según un artículo publicado en la revista Nature, investigadores británicos afirman que el mundo está "lamentablemente mal preparado para un evento de estas características" y añaden que "durante el próximo siglo, es cientos de veces más probable que se produzcan erupciones volcánicas a gran escala que los impactos de asteroides y cometas juntos", escriben.

¿Cómo sería la supererupción con el calentamiento global?

Lo que siguió a aquella supererupción en Indonesia fue llamado el "año sin verano", porque a consecuencia las 24 millas cúbicas de gases, polvo y rocas que se esparcieron por la atmósfera, las temperaturas globales cayeron en picado, las cosechas fracasaron, la gente murió de hambre y se propagó una pandemia de cólera.

A diferencia de aquella erupción, al megavolcán del siglo XXI habría que sumarle los efectos ya causados por la dependencia de la humanidad de los combustibles fósiles: "Las consecuencias podrían ser incluso peores que en 1815", explicaba el geólogo Michael Rampino. "El mundo es más inestable ahora".

Por su parte, la investigación del vulcanólogo Dr. Thomas Aubry sugiere que una atmósfera más caliente y turbulenta esparciría el gas de dióxido de azufre (y los aerosoles de sulfato refrescantes que forma) más rápidamente, intensificando el efecto de enfriamiento.

Según el Dr. Aubry, el cambio climático puede incluso alterar el comportamiento de los propios volcanes, ya que el derretimiento y la desaparición de los glaciares sobre un depósito subterráneo de magma pueden aliviar la presión que lo mantiene controlado.

Asimismo, las lluvias más extremas, intensificadas por el cambio climático, también pueden provocar detonaciones del tipo "bombas de vapor", ya que la humedad se filtra profundamente en las grietas cerca de volcanes activos e inactivos por igual, señaló.

Mapear los volcanes más sensibles al cambio climático

"Actualmente, estamos trabajando para mapear los volcanes más sensibles al cambio climático", explicó el Dr. Aubry a Polytechnique Insights. "En términos generales, sabemos que esto afecta a regiones donde los glaciares se están derritiendo rápidamente, como Islandia o Chile, así como a volcanes que se ven muy afectados por las precipitaciones, como en Indonesia", añadía.

Además, según un estudio de 2022, alrededor de 716 volcanes en todo el mundo, o el 58% de los que se sabe que están activos y sobre la superficie, podrían activarse por lluvias más extremas, explicó el Dr. Aubry, lo que aumenta las posibilidades de una peligrosa mini-Edad de Hielo. Por tanto, todas las predicciones llevan a la misma conclusión: "podemos esperar potencialmente más erupciones".

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