Feliz vuelta

Nuevo arranque de curso y en muchas casas, a estas alturas, las mochilas para la vuelta al cole están casi casi listas. Arranca septiembre con todo lo que eso supone, final de un verano, final de un descanso que, quizás, no ha sido tan descanso como soñamos… Pero aquí estamos. Intentando no llorar demasiado por esta vuelta que se hace tan cuesta arriba.

Algunos, con buenas intenciones espero, te enseñan el calendario como si con eso pudieran justificar su ceño fruncido: "¡Este año no hay casi puentes!" Y me admira su capacidad de mirar tan a futuro porque ni me había parado a echar un vistazo a los festivos, a soñar con escaparme a algún sitio justo ahora que estoy volviendo... Y sí, efectivamente, quedan exactamente 58 días para el primer puente del otoño. Demasiados días si se miran así.

Septiembre es sinónimo de empezar de nuevo, de nuevos comienzos más o menos ilusionantes. Estrenas cuaderno, páginas en blanco, lápices nuevos con sus puntas perfectamente delineadas… el olor de las páginas de los libros sin estrenar…

Septiembre es nostalgia de aquellos septiembres de reencuentros con los amigos del colegio. Y es nostalgia de la ilusión y los nervios de estrenar zapatos, mochila, estuche…

Lo malo de crecer es que septiembre es también sinónimo de despedidas, de promesas de verse pronto cuando sabes que, en cuanto pongas un pie en casa, eso de escaparse un fin de semana para verse de nuevo se va a complicar, mucho.

Pero si algo aprendes con los años es que nada es eterno. Que todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Que saber disfrutar de cada día, de los malos y de los buenos, es una virtud. Anhelas durante todo el año ese verano preñado de promesas de diversión, de tardes de siesta, de risas, olvidándote de que, todo eso, también lo puedes encontrar en tu día a día si te lo propones. Igual no hay sol ni arena ni mar, pero sí hay, si buscas bien, esa sensación de paz que es lo que te trae, o debería de traerte el verano.

Así que mi propuesta para esta semana tan difícil es esa. Saborear lo que tengo, lo que hay alrededor, las rutinas, los madrugones, poder ver salir el sol mientras conduzco camino del trabajo; ilusionarme con los reencuentros, como cuando era pequeña y estrenabas nuevo curso. No frustrarme demasiado rápido con los fracasos, no darle importancia a lo que no la tiene. Quiero no perderme nada para no perderme en la nada. Quiero ser consciente de que esto es un privilegio: vivir, respirar, tener a los tuyos sanos, sonreír, caminar, estar… Porque puede que mañana no estemos, puede que mañana no podamos caminar.

Feliz vuelta. Y disculpen el haberme puesto tan intensa en este retorno.

Zircon - This is a contributing Drupal Theme
Design by WeebPal.