El accidente del vuelo J2-8243 Embraer 190 de Azerbaijan Airlines (AZAL) que el pasado miércoles dejó 38 muertos y 29 supervivientes, algunos de ellos en estado muy grave, sigue siendo todo un misterio dos días después. Las teorías y acusaciones por parte de los países implicados y algunos de sus vecinos corren como la pólvora mientras una investigación penal iniciada por Azerbaiyán trata de dar con las causas del siniestro.
El vuelo, que partió de Bakú a las 07.55 hora local (las 4.55 en España), acabó colisionando junto al mar Caspio y a muy poca distancia del aeropuerto de Aktau a las 11.28 hora kazaja (7.28 en España) en un extraño recorrido que se puede ver en la web Flightradar24, donde se pueden ver los recorridos de los aviones en tiempo real.
Según la aplicación, se recibieron datos de posición válidos del vuelo hasta media hora después del despegue, algo que dejó de hacer por completo en ocasiones, en las que también mandó datos erróneos hasta 20 minutos antes del siniestro, cuando se pudo comprobar su posición real. Así, el vuelo se acerca al mar Caspio, ya que pretendía hacer un aterrizaje de emergencia en el aeródromo de Aktau, y realiza un intrincado recorrido en forma de ocho antes de estamparse contra el suelo.
Los datos públicos de altitud y velocidad muestran varios cambios rápidos y repentinos y "valores oscilantes de velocidad". "La aeronave fue incapaz de mantener una altitud y velocidad constantes durante al menos 75 minutos", concluye el análisis de Flightradar24.
La investigación, abierta
Según han puesto de manifiesto miembros de los gobiernos de Ucrania, Kazajistán, Estados Unidos y la propia Azerbaiyán, el avión fue noqueado por un misil antiaéreo lanzado por Rusia en Grozni, el destino inicial del vuelo Embraer 190, que pese a intentar aterrizar fue desviado y enviado a cruzar el mar. Sobre esto, el jefe de la agencia de transporte aéreo de Rusia, Dmitry Yadrov, ha aseverado este viernes que "aquel día a esas horas la situación en la zona del aeropuerto de Grozni era muy complicada. Los aviones no tripulados de combate ucranianos estaban realizando ataques terroristas contra la infraestructura civil, por lo que se estaban tomando medidas de respuesta en la zona del aeródromo".
Aunque de momento, a la espera del resultado de la investigación, Rusia no ha reconocido ser responsable del siniestro. "La investigación de este incidente aéreo está en curso y antes de las conclusiones posteriores a la investigación no nos sentimos con derecho a dar cualquier tipo de valoración y no lo haremos", ha afirmado este viernes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.
Según los medios de comunicación azeríes, por su parte, el avión recibió impactos de metralla de un misil del sistema de defensa antiaérea Pantsir-S1 y las autoridades del aeropuerto de Grozni impidieron al piloto aterrizar allí enviándolo, con la intención de que el avión se estrellara en el mar, al país vecino. Agencias locales apuntan incluso a que algunos pasajeros sufrieron heridas de metralla. Desde Rusia, antes de reconocer que ese día se habían activado la defensa contra drones ucranianos, apuntaron a que el vuelo fue desviado porque había niebla y que los agujeros de fuselaje fueron producidos por una bandada de pájaros.