El presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, no se reunirá con Donald Trump para tratar la deportación de palestinos a su país. El líder egipcio anunciaba este miércoles que no acudirá a la Casa Blanca para reunirse con el líder estadounidense, que comenzaba la semana amenazando con retirar la financiación tanto a este país como a Jordania si no aceptaban acoger gazatíes. Y pese a que el rey jordano acordaba este martes refugiar a 2.000 niños palestinos enfermos en una reunión de tiempo récord, desde El Cairo no darán juego a las amenazas e insinuaciones de Washington y ya preparan un proyecto propio para la reconstrucción de la Franja.
"El Cairo está indignado por las declaraciones de Israel y Estados Unidos y envió un mensaje claro a Washington", indicaron dos fuentes de alto nivel egipcias a Efe bajo condición de anonimato. Estados dos personas añadieron que Egipto rechazó "tres propuestas respecto a la Franja de Gaza", ya que incluían el "desplazamiento y no retorno". Según estas mismas fuentes, las tensiones entre El Cairo y Washington "no permiten una visita de aquí o de allá porque las posiciones son completamente opuestas", por lo que Al Sisi no viajará a EEUU "si Trump no se retracta".
Frente al plan del líder de Estados Unidos de convertir la Franja en una Riviera gazatí, echar a los palestinos y hacerse con el control del territorio para su posterior recuperación, Al Sisi apuesta por iniciar "de inmediato" la reconstrucción de la Franja de Gaza "sin desplazar al pueblo palestino". Una idea que viene de lejos y que se afianzó este miércoles tras una conversación con el monarca de Jordania, Abdalá II. Tras esta, ambos líderes hicieron especial hincapié, a través de un comunicado, en que no contemplan el desplazamiento del pueblo palestino y exigieron "poner fin a las prácticas de las fuerzas de ocupación israelíes contra los palestinos en Cisjordania".
Pero Al Sisi y Abdalá II también lanzaron una ofrenda de paz alabando el liderazgo de Trump, al que también mostraron su interés de "cooperar estrechamente con el objetivo de lograr una paz duradera en la región de Oriente Próximo". Eso sí, siempre que no conlleve la expulsión de los gazatíes. Para ello, ambos líderes proponen que se establezca un Estado palestino "en base a las fronteras del 4 de junio de 1967 y con Jerusalén Este como su capital, de conformidad con las resoluciones pertinentes de la Organización de Naciones Unidas (ONU)".
Desde este organismo, la enviada especial de la ONU para los territorios ocupados palestinos, Francesca Albanese, definía las ideas del líder de EEUU como una "locura ilegal e inmoral" y aseveraba que la propuesta es "imperialismo con esteroides". Para la ONU, la expulsión de los gazatíes hará la situación "aún más draconiana" y "derrumbará" el sistema de derecho internacional. "¿Qué autoridad tiene Estados Unidos para esto? No es nuevo, pero ahora está completamente expuesto. Es una locura, pero además es ilegal, es inmoral y llega en pleno genocidio. Es una irresponsabilidad y no traerá estabilidad a la región", advirtió.
"Seguir liberando a rehenes"
Por otro lado, los dos jefes de Estado volvieron a reiterar la necesidad de que se mantenga el alto el fuego entre Israel y Hamás en unos momentos en los que la tregua pende de un hilo. "Hay que seguir liberando a rehenes y detenidos y facilitar la entrada de ayuda humanitaria", dijeron después de que Hamás se negara a liberar más israelíes porque considera que Israel viola los puntos de su pacto. Entonces, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, avisaba este martes por la noche de que si no se producía un canje de rehenes se volvería a la guerra. "El Ejército volverá a combatir hasta que Hamás sea derrotado", amenazaba, en línea con otras declaraciones que había hecho Trump al respecto unas horas antes, en las que espetaba que se desataría "el infierno".
Pero ni los planes de Trump ni las tensiones entre las partes en guerra y los negociadores (Catar, Egipto y Estados Unidos) ayudan a que todo lo acordado siga su cauce. Mientras el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, mantiene su discurso de que Palestina "no está en venta" y de que "no habrá paz y estabilidad" sin la solución de los dos Estados, algo que apoya gran parte de la comunidad internacional, la Liga Árabe, integrada por 22 países, prometía este miércoles establecer "cooperación económica y política" con Israel.
Según el secretario general del organismo panárabe, Ahmed Abulgheit, las naciones árabes se alinearan con los israelíes siempre que se solucione el problema de forma "razonable y justa", es decir, admitiendo la creación del Estado Palestino. "También pueden convivir en un espacio económico (junto los demás países de Oriente Próximo). Nada impedirá esto. Creen el Estado palestino y den a los palestinos sus derechos y después será posible todo tipo de cooperación", apuntaba Abulgheit.
En este contexto, Egipto convocaba este martes una "reunión ministerial de emergencia" de los 57 países miembros de la Organización de la Cooperación Islámica (OCI) para mandar un mensaje unificado de rechazo a los planes estadounidenses. Mediante un comunicado, el Ministerio de Exteriores egipcio daba luz a una ofensiva diplomática con la que pretende "confirmar los principios de la postura palestina, árabe e islámica sobre la adhesión a los derechos inalienables del pueblo palestino, el más importante de los cuales es el de su autodeterminación y el de vivir en su patria y en su tierra". La cumbre se celebrará después del 27 de febrero, cuando se reúnen los jefes de Estado de la Liga Árabe para hablar, precisamente, sobre la guerra.