El fuego arrasa el equivalente a cinco campos de futbol por minuto en el sur de California desde el pasado martes, en lo que ya se considera el incendio forestal más destructivo en la historia de Los Ángeles, con un estimado de 2.000 estructuras, incluidas viviendas y otros edificios, reducidas a cenizas mientras las llamas continúan extendiéndose.
Son, al menos, seis, los incendios activos en el condado, que durante la madrugada del miércoles registró su último foco en las montañas de Hollywood, obligando a emitir nuevas órdenes de evacuación - más de 100.000 personas han sido ya evacuadas- por los siniestros. Según el Departamento de Protección contra Incendios de California, cuatro de los fuegos se encuentran fuera de control y dos de ellos, Palisades y Eaton, suman cerca de 11.000 hectáreas quemadas.
¿Cuáles son los incendios activos?
El primer incendio comenzó este martes en Pacific Palisades, al suroeste de California, y ya ha quemado casi 6.900 hectáreas y ha dejado al menos 30.000, personas evacuadas. El resto de los principales focos son:
- Eaton Canyon (Altadena y Pasadena): fue el segundo de los incendios, que dio comienzo en la tarde del martes y desde entonces ha quemado más de 4.000 hectáreas.
- Hurst (Valle de San Fernando): el incendio en Sylmar, un suburbio al norte de Los Ángeles, ha afectado un total de 340 hectáreas.
- Lidia: afectando a las colinas al norte de Los Ángeles, ha dejado 141 hectáreas quemadas.
- Sunset (Hollywood Hills): es el foco más reciente, que se desató en la noche del miércoles en las colinas de Hollywood, cerca de Runyon Canyon y ha quemado alrededor de 20 hectáreas hasta el momento.
¿Cómo comenzaron los incendios?
Las primeras llamas se prendieron el martes 7 de enero por la mañana en Pacific Palisades, una lujosa urbanización ubicada entre las montañas de Santa Mónica y el Océano pacífico, aunque las autoridades aún investigan la causa exacta.
En las horas posteriores dieron comienzo otros tres grandes incendios en otras áreas de Los Ángeles, y aunque aún se desconoce que pudo haberlos provocado, lo que se sabe con certeza es que la imposibilidad de contener los fuegos por parte de los bomberos y servicios de emergencias se debe a los denominados vientos de Santa Ana, que alimentan y esparcen las llamas.
Además, otros factores como las altas temperaturas y la sequedad de la vegetación pudieron contribuir a que las llamas se propagaran rápidamente. De hecho, en esta temporada, que se supone que es la de lluvias, apenas se registraron 0,02 centímetros de precipitaciones desde el 1 de diciembre, lo que sitúa a este comienzo de año hidrológico como el más seco en más de 80 años de registros meteorológicos de Los Ángeles.
Efecto secador: ¿qué son los vientos de Santa Ana?
Uno de los factores que ha intensificado los incendios en Los Ángeles es el llamado "efecto secador", un fenómeno meteorológico causado por los vientos de Santa Ana (o vientos Santana), que deshidratan la vegetación y propagan las llamas con rapidez.
Estos vientos son comunes en el sur de California, especialmente durante los meses más fríos, y suelen tener una duración de entre uno y siete días. Se trata de aires fuertes y secos que se originan en zonas del interior y soplan hacia la costa.
Concretamente, se forman sobre la Gran Cuenca, una vasta región desértica del oeste de Estados Unidos que constituye una gran área de alta presión, provocando que el aire se desplace en el sentido de las agujas del reloj, y descienda hacia el sur de California.
Así, a medida que fluye sobre las cadenas montañosas, el aire se acelera, se calienta y pierde humedad, dando lugar a los característicos vientos secos y cálidos. Este es, precisamente, uno de los aspectos más peligrosos de los vientos de Santa Ana, que pudo haber provocado que las chispas y brasas voladoras generasen múltiples puntos de incendio.
Las velocidades de estos vientos oscila entre los 95-130 km/h, pero pueden darse ráfagas de hasta 160 km/h durante los peores eventos de Santa Ana.