Este jueves 26 de diciembre se cumplen 20 años del tsunami que causó unos 230.000 muertos en catorce países y provocó el desplazamiento de sus hogares de 1,6 millones de personas. Un poderoso terremoto de magnitud 9,1 frente a la costa de la isla indonesia de Sumatra desencadenó un tsunami que llegó a sentirse incluso en el este de África.
Las olas llegaron a alcanzar los 30 metros de altura y viajaron a una velocidad de entre 500 y 1.000 kilómetros por hora, según el Centro de Alertas de Tsunamis del Pacífico. Fue uno de los desastres naturales más mortales de la época moderna y el tsunami más devastador de la historia. Ocurrió exactamente un año después del terremoto de Irán de 2003 y exactamente dos años antes del terremoto de Hengchun de 2006.
El Servicio Geológico de Estados Unidos calcula que el movimiento telúrico liberó una energía equivalente a 23.000 bombas nucleares como la arrojada sobre la ciudad japonesa de Nagasaki en 1945. En los tres meses posteriores al sismo se registraron más de 500 réplicas con magnitudes de entre 5 y más de 8.
El tsunami, conocido por la comunidad científica como el terremoto de Sumatra-Andamán, causó daños materiales por valor de 14.000 millones de dólares (13.230 millones de euros, al cambio actual), según un informe del Banco Mundial.
Indonesia sufrió el mayor castigo
Indonesia fue la parte más castigada: poblaciones costeras desaparecieron barridas por las olas. En la provincia de Aceh, en el norte de la isla de Sumatra, pocos de los cuatro millones de habitantes de su población no perdieron ese día un familiar o un amigo.
Ubicada más cerca del epicentro del terremoto y con 18 de sus 23 distritos y ciudades en la línea costera del lado norte de Sumatra, se llevó la peor parte del desastre. En Aceh se registraron más de la mitad del total de muertes reportadas.
Fueron unos 167.000 los muertos en Indonesia, de los que en torno al 21% representa el número de personas desaparecidas y de las que nunca más se volvió a saber. Banda Aceh, la capital provincial, quedó en ruinas y presentaba un paisaje desolador a quienes entraban con asistencia humanitaria, con casas derruidas por doquier, embarcaciones en las calles y muertos por todas partes.
Más sufrió la costa occidental de Aceh, frente a cuyo litoral se localizó el fuerte seísmo que originó el tsunami y donde golpearon con más fuerza las olas. Sólo se salvaron aquellas personas que se encontraban a cientos de metros tierra adentro.
"Nunca había presenciado algo semejante. Es increíble", expresó en su día el ex presidente estadounidense George Bush padre cuando, acompañado de Bill Clinton, visitó la 'zona cero' para evaluar las necesidades.
Sri Lanka, Tailandia, Maldivas, Malasia...
Pero no todo se sufrió en Indonesia. En Sri Lanka, las autoridades estimaron que unas 35.000 murieron o desaparecieron; mientras que en India fallecieron más de 16.000 personas. En las seis provincias de Tailandia que se vieron afectadas unas 8.200 personas perdieron la vida, entre ellas casi 2.000 extranjeros, sobre todo de nacionalidad sueca y alemana.
Además, hubo 108 víctimas mortales en Maldivas; 75, en Malasia; 60 en Birmania (aunque la oposición a la junta militar habló de hasta diez veces más); y 2 en Bangladés.
Cien veces más dinero que el 'Live Aid' de 1985
Tras el desastre, miles de personas tuvieron que reubicarse para comenzar de nuevo. Muchos donantes y organizaciones internacionales aportaron dinero para ayudar a reconstruir las áreas afectadas que perdieron escuelas, hospitales e infraestructura básica, con estructuras más fuertes que antes del tsunami.
El Centro de Investigación de Mitigación de Tsunamis y Desastres en la Universidad Syiah Kuala en Aceh estima, por ejemplo, que más de 1.400 escuelas resultaron destruidas. Debido al desastre, unos 150.000 estudiantes tuvieron que interrumpir sus estudios, según en un informe publicado en 2019.
La comunidad internacional movilizó 13.500 millones de dólares (12.800 millones de euros) para apoyar en la atención de los daños causados, según datos de Oxfam. Cuenta Efe que esa cantidad fue cien veces más que el dinero logrado con el 'Live Aid' de 1985, cuando artistas como Madonna, David Bowie o Freddy Mercury se unieron en un megafestival para luchar contra el hambre en África.
El tsunami fue una de las razones por las que la ONU triplicó el total de donaciones manejadas en todo el globo, tras lo cual hubo un quinquenio de descenso en la capacidad financiera del organismo multilateral para sus operaciones humanitarias en todo el mundo.
Conmemoración, turismo y recuperación
En toda la provincia, todavía se observan las secuelas del tsunami. El Museo del Tsunami de Aceh, en Banda Aceh, alberga fotos de las secuelas y restos de vehículos, un recordatorio constante de lo que se perdió ese día. Las autoridades locales también han convertido una planta de energía flotante que el tsunami arrastró unos 6 kilómetros tierra adentro en otro lugar conmemorativo. Ambos lugares se han convertido en los destinos turísticos más populares de la zona.
Pero el desarrollo nunca se detiene. Cuenta AP que, 20 años después del tsunami, la costa de Aceh está repleta de viviendas residenciales, cafés y restaurantes, así como instalaciones de apoyo turístico, mientras que en algunas áreas se están extrayendo arena y piedra de las colinas.