Los taxistas y los conductores de ambulancias, cuyos trabajos requieren un frecuente procesamiento espacial y de navegación, tienen niveles más bajos de muerte por enfermedad de Alzheimer en comparación con otras ocupaciones.
Esa es la conclusión de un estudio realizado por cuatro investigadores de Estados Unidos y publicado este martes en la edición de Navidad de la revista The BMJ.
Los hallazgos son observacionales, por lo que no pueden confirmar un vínculo directo, pero los investigadores indican que ello plantea la posibilidad de que las ocupaciones que requieren mucha memoria al conducir, como conducir taxis y ambulancias, puedan estar asociadas con cierta protección contra la enfermedad de Alzheimer.
El hipocampo es una región del cerebro utilizada para la memoria espacial y la navegación, y se ha demostrado que está mejorado en los taxistas de Londres en comparación con la población general.
También es una de las regiones del cerebro implicadas en el desarrollo del alzhéimer, lo que aumenta la posibilidad de que las ocupaciones que exigen un procesamiento espacial frecuente puedan estar asociadas con una menor mortalidad por esa enfermedad.
Para investigar esto, un equipo de investigadores estadounidenses analizó los certificados de defunción de adultos de 443 ocupaciones diferentes entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2022.
Los datos incluyeron la causa de muerte, la ocupación habitual en la que la persona fallecida pasó la mayor parte de su vida laboral, e información sociodemográfica (por ejemplo, edad, sexo, raza, grupo étnico y nivel educativo).
De casi nueve millones de personas que habían fallecido con información sobre su ocupación, un 3,9% (348.328) tenían la enfermedad de Alzheimer como causa de muerte. De 16.658 taxistas, 171 (1,03%) murieron por esa patología, mientras que, entre los conductores de ambulancias, la tasa fue de un 0,74% (10 de 1.348).
Más investigaciones
Tras ajustar la edad al momento de la muerte y otros factores sociodemográficos, los conductores de taxis y ambulancias tuvieron la proporción más baja de muertes por enfermedad de Alzheimer de todas las ocupaciones examinadas (1,03% y 0,91% respectivamente) y en comparación con la población general (1,69%).
Los investigadores señalan que esta tendencia no se observó en otros trabajos relacionados con el transporte, como conductores de autobús o pilotos de avión (posiblemente debido a su dependencia de rutas predeterminadas) o con otras formas de demencia, lo que sugiere que los cambios neurológicos en el hipocampo o en otras partes entre los conductores de taxis y ambulancias pueden explicar la reducción del riesgo de alzhéimer.
“No consideramos estos hallazgos como concluyentes, sino como generadores de hipótesis”, indican los autores del estudio, que concluyen: “Se necesitan más investigaciones para concluir definitivamente si el trabajo cognitivo espacial requerido para estas ocupaciones afecta el riesgo de muerte por enfermedad de Alzheimer y si alguna actividad cognitiva puede ser potencialmente preventiva”.