En los números de circo cuenta con éxito asegurado la progresión del que añade emoción a base del más difícil todavía, recurso que puede utilizarse para el trapecio, donde lucía indiscutible superioridad nuestra Pinito del Oro; los ejercicios de equilibrismo sobre la cuerda, tensa o floja; o la bicicleta con el ciclista que va dando sucesivas vueltas a la pista, mientras por la megafonía se escucha con énfasis creciente el "ahora sin pies, ahora sin manos, ahora sin dientes", que vendría a ser el caso si el artista perdiera el equilibrio y cayera sin más al suelo.
Recordemos que la noche del domingo 23 de julio de 2023, fecha de las últimas elecciones generales en España, el candidato del PSOE se demoraba en salir al balcón de Ferraz –"sal al balcón, sal al balcón, mi querida mariposa", como cantaba Pepe Iglesias, el Zorro– hasta que Pedro Sánchez salió al andamiaje de mecanotubo para decir, con el laconismo militar propio de nuestro estilo, aquello de «somos más».
En aquella balconada no estuvo a su alcance decir que había ganado las elecciones porque el escrutinio de las urnas había probado que el partido con más votos y más escaños asignados había sido su rival, el PP de Alberto Núñez Feijóo. Pero si pudo proclamar, cuando ya declinaba la tarde y avanzaban las sombras de la noche, aquello de "somos más" porque la suma de las papeletas obtenidas por las candidaturas socialistas y por las de los afines asimilables de diferente coloración era mayor que la de los contrarios y contrarias.
Enseguida salieron en tromba los de la adhesión inquebrantable a explicarnos que nuestro sistema es una democracia parlamentaria en el que el gobierno no corresponde al líder del partido que haya sumado bajo su bandera más escaños, sino al que haya sido capaz de aglutinar una suma mayor entre propios y afines. El gobierno es para quien obtenga mayoría relativa de escaños parlamentarios sin atender a qué formación ha sumado más votos de los electores en las urnas.
Luego, el 8 de septiembre, antes del Congreso Federal del PSOE que se celebró en Sevilla el último fin de semana de noviembre, Pedro Sánchez se olvidó de la preceptiva parlamentaria y afirmó que seguiría gobernando con o sin el apoyo del Legislativo. Es decir, que se prepara para resistir. Los últimos movimientos en clave interna dentro del partido, su refuerzo de la línea de defensa del Gabinete y el nombramiento de Óscar López como ministro prueban que se está pertrechando para afrontar las incertidumbres de una legislatura de desgaste y humillaciones con dificultades crecientes en el horizonte.
Su determinación es seguir adelante, cuente o no con mayoría parlamentaria para gobernar y sacar adelante sus políticas. Con o sin cafeína, con o sin teína, con o sin alcohol, con o sin Presupuestos Generales del Estado, con o sin Begoña y el Fiscal General del Estado imputados. El presidente Sánchez se ha declarado inamovible y dispuesto a demostrar que quien demuestre falta de calor en el elogio, pagará una prenda. Telefónica y Sabadell empiezan a cobrar valor de ejemplo. Atentos.