La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca ha creado un punto de inflexión en la previsión sobre el precio que tendrá el petróleo en 2025, que podría repuntar notablemente dependiendo de la política del nuevo presidente de Estados Unidos con respecto a países como Siria -enclavada en una región productora-, Venezuela -sobre cuyo crudo pesan sanciones- o si impone o no aranceles a productos de países terceros. Así lo apunta un informe de Repsol, que reconoce la "incertidumbre" que pesa sobre el precio del barril de Brent, que en función de cómo sean las tensiones geopolíticas que puedan generar las decisiones de Trump.
Por otra parte, el informe refiere que la Agencia Internacional de la Energía calcula que a lo largo de este año puede haber una "sobreoferta" de petróleo de más de 700 barriles al día, algo que podría no ser así debido a otro motivo de incertidumbre, el paquete de sanciones que el equipo de Trump dice que prepara contra el petróleo de Rusia, y también de Irán. "Amenazan con dejar fuera de juego al menos 150.000 barriles diarios", han apuntado el director de Estudios de Repsol, Antonio Merino.
En función de ello, el precio del petróleo, que llegó en diciembre de 2024 a un mínimo desde enero de 2024 de 74 euros/barril podría despuntar, con distinta intensidad dependiendo de la importancia que se le dé a la geopolítica. Si es mucha, el precio podría escalar a por encima de los 80 dólares en este inicio de 2025 y en previsión de todo el año; si es poca, como consideran algunos analistas, podría seguir bajando. Como tercera vía, el análisis de Repsol recoge el "modelo de consenso" en el que el petróleo quedaría por encima del precio actual y por debajo de la cota de más de 80 dólares.
Esta inseguridad se desprende del informe Impacto geopolítico en los mercados energéticos 2024: análisis y perspectivas que ha publicado Repsol este jueves. Según ha explicado Merino, el precio del petróleo -que actualmente está en torno a los 80 euros el barril Brent- también está sujeto a como se comporte la demanda en China e India, dos de los países que el año pasado más tiraron hacia arriba del consumo de combustibles fósiles, también el gas, cuya quema la compañía española considera que sigue siendo necesario, a pesar de que la UE quiera ir por otros derroteros en su transición "energética".
"La transición energética debe tener en cuenta la realidad geopolítica, que es la que marca la oferta y la demanda", ha advertido en la apertura del acto el presidente de Repsol, Antonio Brufau, que frente al argumento del Gobierno de que las energías renovables permiten la autonomía estratégica, ha equiparado al gas y el petróleo con materiales necesarios para generar electricidad verde, que igualmente se extraen en otros países. " otros países. "Los recursos como petróleo o minerales críticos para las renovables no están distribuidos de forma uniforme por todo el mundo".
Repsol se refiere a las renovables como "energías intermitentes", porque como la eólica o la fotovoltaica no están disponibles todo el tiempo o a lo largo de todo el día y defiende que gas y petróleo siguen siendo necesarios y que de ellos depende la competitividad industrial. "El mix energético debe basarse en la realidad de la demanda", ha dicho Brufau y no en cuestiones "ideológicas".
Una de las tesis de Repsol es que la política energética en la UE, con su apuesta clara por la descarbonización, puede no discurrir en paralelo con el resto del mundo. En este sentido, uno de los aspectos que subraya el centro de Estudios es que, mientras que en la UE el consumo de gas natural y de electricidad "van muy a la par", en Estados Unidos se sigue quemando mucho más gas natural que recurriendo a procesos eléctricos.
Las diferencias entre una región y otra también vienen dadas por los precios del gas en una y otra. Mientras que el índice de Estados Unidos, el Henry Hub, está muy por debajo de los que marcan los distintos índices de precios de gas en la UE. Según Merino, está previsto que durante 2025 se mantenga más caro que al otro lado del Atlántico.