Cinco ministros, entre ellos la vicepresidenta primera y la portavoz del Gobierno, han puesto en marcha el plan de Pedro Sánchez de recuperar poder territorial para el PSOE en cinco autonomías donde no gobiernan. María Jesús Montero, Pilar Alegría, Óscar López, Diana Morant y Ángel Víctor Torres han confirmado su propósito de lanzarse a la tarea de compatibilizar su responsabilidad ministerial con la de liderar las federaciones socialistas de Andalucía, Aragón, Madrid, Comunidad Valenciana y Canarias, respectivamente. Un reto ya no solo logístico, puesto que muchos tendrán que estar a caballo entre Madrid y sus autonomías, sino también operativo, con una carga de trabajo en el Gobierno que deben compaginar con la que tengan a nivel orgánico en los distintos territorios, donde Sánchez les exige recuperar poder para el PSOE.
Algunos ya lo llevan haciendo un tiempo, como Morant y Torres; en el caso de López, tras la salida de Juan Lobato no tuvo que enfrentarse a unas primarias ni tampoco someterse a la logística de los desplazamientos, pero su cartera de Transformación Digital y Función Pública requiere de bastante dedicación. En el caso de la candidata a liderar el PSOE de Andalucía, María Jesús Montero, tiene una complicada labor en el Gobierno como vicepresidenta y ministra de Hacienda, al igual que la candidata a ponerse al frente del PSOE de Aragón, Pilar Alegría, que a su vez es portavoz del Gobierno y ministra de Educación, FP y Deportes.
No es la primera vez que el Sánchez emplea esta estrategia de capitalizar la visibilidad adquirida por los ministros, ya lo hizo con Salvador Illa, ex ministro de Sanidad durante la pandemia de la covid, que pasó a ser candidato del PSC, una jugada que no salió nada mal ya que reunió los votos suficientes como para ganar dos elecciones y convertirse en presidente de la Generalitat. Pero cabe destacar que, en su caso, no compatibilizó ambos puestos, sino que dejó el Ministerio para dedicarse de lleno al liderazgo del PSC. Su sucesora al frente del Ministerio de Sanidad, Carolina Darias, apenas permaneció tres meses compaginando esta cartera con la candidatura a la Alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, que actualmente sigue rigiendo.
Moncloa ve totalmente "compatible" el cargo de ministro con el liderazgo autonómico del PSOE. Y aunque legalmente lo es y tampoco incumple los estatutos del partido, tanto la oposición como socialistas como el rival de Montero a liderar el PSOE-A cuestionan que esta compatibilidad sea adecuada.
Desde el PP piden a los ministros que dejen sus cargos si es que quieren liderar las federaciones socialistas de sus territorios. Aseguran que es una "degradación institucional". "Es demencial la utilización de las instituciones para que candidatos del PSOE aprovechen su condición de ministros para hacer campaña, porque no van a hacer bien su labor como ministros y van a entorpecer la relación entre su ministerio y las comunidades", indicó el portavoz del PP, Borja Sémper, cuando se oficializaron las candidaturas.
Por su parte, el rival de María Jesús Montero para liderar la federación andaluza, Luis Ángel Hierro, se posicionó sin tapujos en contra de la decisión de Montero. "Si quiere liderar Andalucía, tiene que dejar el Ministerio, la Vicepresidencia y venir aquí", señaló el socialista, que cree que la candidata tiene la obligación de dedicación exclusiva a la política regional, un requisito que considera imprescindible para liderar una comunidad tan extensa y compleja como Andalucía, que cuenta con más de 800 ayuntamientos.
No tan explícito, el candidato rival de Pilar Alegría para liderar el PSOE de Aragón, Darío Villagrasa, recalcó en varias ocasiones que su proyecto es "autónomo, orientado al territorio" y basado en "la voz de la militancia", un mensaje que interpela directamente a Ferraz y a Alegría. "Quiero superar las viejas rencillas y las batallas orgánicas. Me ofrezco a la militancia para un nuevo tiempo desde la unión, el sano debate de ideas y desde Aragón", lanzó en su discurso para anunciar su candidatura, dejando claro el mensaje central de su campaña a las primarias.
"La agenda de cualquier ministro es suficientemente complicada como para estar a las dos cosas", reflexiona el politólogo y director de Asuntos Públicos de ATREVIA, Manuel Mostaza, que cree que es "peligroso y difícil" que esto salga bien porque ni estás a una cosa ni a la otra. "Si te tapas mucho la cara te destapas los pies", indica a 20minutos respecto a los cometidos que tienen que llevar a cabo los distintos ministros que, a su vez, tendrán que atender otras cuestiones en sus territorios al tiempo que tratan de defender los intereses de los mismos.
Además, Mostaza tampoco cree que el capital político sea suficiente como para garantizar que el PSOE logre el efecto de Salvador Illa, por ejemplo. Apunta a que Óscar López llega a Madrid después de haber fracasado en Castilla y León, donde consiguió el peor resultado para su partido hasta ese momento y, en el caso de Montero, recuerda que forma parte del Gobierno andaluz que acabó con la hegemonía socialista en Andalucía. "Pensar que solo vas a ganar por ser ministro... Esto no funciona. No se puede liderar la oposición de forma telemática", reflexiona.
El politólogo indica que aunque no hay ningún problema legal en compatibilizar estas funciones, podría haber un problema ético en el caso de que los ministros "fuercen" actos con el único objetivo de estar en el territorio para liderar sus respectivas federaciones. En todo caso, recalca que es muy probable que los distintos departamentos del Gobierno pierdan fuerza porque no tendrán al 100% la agenda, al igual que las federaciones, ya que su líder tampoco estará a pleno rendimiento.
La encrucijada de Montero en el debate de financiación
Además, en el caso de Montero hay un problema añadido más. La ministra debe negociar con todos los presidentes autonómicos la reforma del sistema de financiación, un debate en el que Andalucía y Cataluña tienen dos posiciones totalmente diferentes y, en el caso de la ministra, continúa defendiendo el acuerdo de ERC y PSC que avalaría que Cataluña tuviese un cupo al estilo del País Vasco y Navarra.
Al respecto, el rival de Montero en las primarias al PSOE andaluz señala que la "financiación singular" es un "eufemismo que atenta contra la inteligencia de las personas" y que lo que realmente se ha aprobado es un "cupo catalán" que supone un "retroceso hacia un sistema fiscal feudal que no tiene cabida en un estado moderno", por lo que critica la defensa que por ahora mantiene Montero.
El PP de Andalucía acusa a la ministra de "intentar ralentizar" el crecimiento de esta comunidad mientras defiende un sistema que, a su juicio, perjudica a la autonomía. Pero no solo se cuestiona este asunto desde Andalucía, también lo hacen regiones como Castilla-La Mancha, gobernada por el socialista crítico Emiliano García-Page. Fuentes de su entorno señalan que Montero debería aclarar qué modelo es el que defiende si finalmente asume el liderazgo del PSOE andaluz.
Sobre esta cuestión, la ministra se limita a asegurar que "nunca permitiría una iniciativa política que sea un agravio para Andalucía".