Juana Rivas o la madre de Maracena, apodada así cuando su caso comenzó a mediatizarse, nunca imaginó que atravesaría uno de los periplos judiciales más complejos que se recuerdan en el país desde que, hace ya quince años, denunciara por maltrato a su entonces pareja y padre de sus dos hijos, Francesco Arcuri, y tiempo después, huyera con los niños y se escondiera para no entregárselos, siendo condenada e indultada más tarde por el Gobierno.
Ahora, su caso da un nuevo giro de tuerca con la suspensión provisional de la orden de la justicia italiana para que su hijo menor regrese a Italia con su padre, que tiene la custodia del niño. Pero, empecemos por el principio, ¿cómo comenzó todo?
Comienza el caso Juana Rivas
El 18 de mayo de 2016, Juana Rivas Gómez, que entonces vivía con su pareja Francesco Arcuri y sus dos hijos menores (de 12 y 5 años de edad), en Carloforte (Italia), viaja a Granada, su ciudad de origen, con un billete de vuelta para mes y medio después, que nunca más utilizará.
El 9 de junio de ese mismo año, acude al Centro de la Mujer de Maracena (Granada) y relata que ha sufrido malos tratos físicos y psicológicos durante su relación. Tres días más tarde, aconsejada por Francisca Granados, directora del centro, interpone una denuncia por "malos tratos físicos y psicológicos habituales" y comunica a su expareja que no tiene intención de volver al país. Comienza entonces su caso, que durará más de quince años y será todo un vaiven de episodios judiciales.
2009: primera denuncia por malos tratos
Juana Rivas y Francesco Arcuri se conocen en Londres en 2004 y, poco después, se mudan juntos a Granada. Cinco años después, en 2009, da comienzo esta historia judicial, con la denuncia de Juana Rivas al padre de su entonces único hijo, que es sentenciado a tres meses de cárcel y una orden de alejamiento de año y medio por "lesiones en el ámbito familiar".
Tras un tiempo separados, y ya cumplida la condena, en 2013 Juana Rivas y Francesco Arcuri vuelven a ser pareja, tienen su segundo hijo y se mudan a vivir a Italia. Aquí comienza una segunda etapa de maltrato que propiciará la huida de Rivas con sus hijos en 2016.
Pero, hagamos una pausa: ¿Por qué vuelve Juana con su maltratador? Este comportamiento de las víctimas con sus agresores es habitual y está enmarcado en el ciclo de la violencia de género expuesto por la psicóloga estadounidense Lenor Walker ya en 1984.
2016: Arcuri la denuncia por sustracción de menores
Cuando en agosto de 2016, Rivas comunica a Arcuri que ni ella ni los niños volverán a Italia, él presenta una denuncia por sustracción internacional de menores, iniciándose un procedimiento judicial por el cual se pedía la devolución de los niños.
Mientras la denuncia de Juana Rivas por maltrato no avanza hasta un año después, la de su expareja coge velocidad y, para diciembre de ese mismo año, la justicia la obliga a entregar a los niños a su padre. Pero Juana desoye la orden y se esconde junto a sus hijos durante más de un mes, desde julio de 2017 hasta agosto. Comienza entonces la mediatización de un caso que aunó el respaldo de gran parte de la sociedad española bajo el lema "Juana está en mi casa" y el cuestionamiento de su testimonio, por otra parte, de la opinión pública.
2018: Juana Rivas es condenada a 5 años de cárcel
Antes de entregar a los menores a su padre, en agosto de 2017, Juana Rivas recurrió al Tribunal Constitucional (TC) en dos ocasiones, pero sus recursos fueron archivados y en 2018 fue condenada a cinco años de cárcel y seis de pérdida de la patria potestad por el Juzgado de lo Penal 1 de Granada por sustracción de menores, además de tener que indemnizar a su expareja con 30.000 euros por daño moral y material, y al pago de todas las costas del juicio.
En la polémica sentencia, el magistrado Manuel Piñar la acusaba de "explotar el argumento del maltrato" y consideró que Rivas no tenía pruebas de abuso doméstico.
2019: la justicia italiana concede la custodia al padre
Por su parte, la justicia italiana se pronuncia en el procedimiento civil sobre la custodia de los dos hijos menores, concediendo la custodia exclusiva de los dos hijos a Francesco Arcuri y estipulando, además, que Juana Rivas debe abonar 300 euros mensuales para la manutención de los niños.
2021: el Gobierno aprueba un indulto parcial
Tras haber entregado a los menores, Juana Rivas interpuso varias denuncias en Italia por malos tratos a los niños que, en 2020, fueron archivadas por el Tribunal de Cagliari, que se refería a las ocho denuncias como "inverosímiles" e "inconsistentes", y afirmaba que había ausencia de "pruebas" y una "manipulación" a los dos hijos menores contra el padre.
Paralelamente, la defensa de la mujer solicitó al Gobierno el indulto argumentando que cometió el delito por un motivo "comprensible desde el punto de vista humano" como era "proteger a sus hijos". Finalmente, el 16 de noviembre de 2021 el Consejo de Ministros aprobó el indulto parcial para ella, que rebajó la pena de prisión a un año y tres meses, y los seis años de inhabilitación especial para ejercer la patria potestad fueron conmutados por 180 días de trabajo en beneficio de la comunidad.
2022: la Justicia suspende su pena de prisión
A finales de marzo de 2022, la Audiencia Provincial de Granada acordó suspender la pena de prisión que le restaba por cumplir, atendiendo a que Rivas no volviera a cometer un delito en los próximos tres años.
2023: deniegan a Rivas la custodia de su hijo menor
Aunque en junio de 2022 el hijo mayor de Juana Rivas, al cumplir los 14 años decidió volver a Granada con su madre, en marzo de 2023, el tribunal de Cagliari (Italia) le denegó a Juana Rivas la posibilidad de recuperar la custodia de su hijo menor, que ha continuado desde entonces bajo la custodia de su padre.
2024: el hijo mayor denuncia públicamente a su padre
El caso Juana Rivas vuelve a salir a la palestra a finales de 2024, cuando la Fiscalía de Cagliari presenta (en noviembre) un escrito de procesamiento contra Francesco Arcuri por maltratar a sus hijos, "sometiéndolos habitualmente a violencia física, vejaciones, insultos y amenazas".
A pesar de ello, no se adoptó ninguna medida cautelar para proteger a Daniel, el hijo menor, que aún continúa viviendo en Calaforte con su padre, por lo que Gabriel, el mayor de los hermanos, que ya tiene 18 años y vive con Juana Rivas en España, publicó un vídeo explicando que su hermano sigue viviendo "con un maltratador y que siente riesgo de muerte".
Además, en un escrito que el joven trasladó a la Fiscalía de Cagliari, asegura que conoce a su padre y que "no es capaz de controlar su impulsividad y su ira". Por lo que pide "medidas urgentes" para su hermano, ya que "mientras esté bajo el control de Francesco, no podrá decir la verdad sobre lo que está viviendo".
2025: Daniel se queda, al menos, de momento
En una frenética carrera a contra reloj, Juana Rivas y su equipo jurídico han ido agotando las distintas vías legales a su alcance para que su hijo menor, Daniel Arcuri Rivas -de permiso por Navidad en España- no tenga que volver a Italia con su padre, al menos, de momento.
Así lo ha determinado la jueza de guardia en Granada, tras la petición de la Fiscalía de Menores de entrevistarle -a penas 10 horas antes de que este tuviera que coger un vuelo a Italia- y, tras escuchar a Daniel y valorar su estado anímico, ha decidido que no debe volver a Italia con su padre, investigado en ese país por malos tratos.
En el escrito, al que ha tenido acceso 20minutos, el equipo jurídico de Rivas exponía que el menor ha descrito como una "auténtica tortura" la convivencia con su padre y ha relatado que le propina golpes en la cabeza, le lanza al suelo y le da patadas en la barriga, además de casi ahogarle, insultarle y chillarle. Según el relato del menor, Arcuri habla muy mal de Rivas y dice que quiere matarla, a la vez que lo obliga a mentir y a decir que está bien con su padre bajo la amenaza de no volver a ver a su madre y a su hermano, que vive con ella desde que alcanzó la mayoría de edad.
