Carlos Sainz, una trayectoria envidiable y una mala suerte legendaria

Carlos Sainz es considerado uno de los mejores pilotos de la historia del automovilismo, especialmente en lo que a rallies se refiere. Con dos Mundiales y cuatro Dakars, el Matador tiene un palmarés del que presumir, aunque, dado su enorme talento, se le podrían presuponer incluso más victorias, que le han sido negadas por una concatenación de desafortunados eventos, que desde hace cuatro décadas traen de cabeza a sus seguidores.

Desde que Sainz arrancó su carrera deportiva en la década de 1980, las dos constantes de su trayectoria quedarían marcadas. Su gran capacidad al volante quedó clara con grandes actuaciones en competiciones nacionales, por lo que pronto se ganó el favor de Renault, que le contrató como piloto oficial, y dio pie a su legendaria mala suerte. En 1985 y 1986, disputó el Campeonato de España, donde los pinchazos, averías de motor, roturas del cambio, un incendio y un R5 Maxi Turbo revoltoso le costaron el título en ambas ocasiones.

Tras un paso de dos años por Ford, donde debutó en el Mundial de Rallies y ganó dos veces el certamen nacional, Sainz fichó por Toyota, proclamándose rápidamente bicampeón del mundo. Tras ganar su segundo título en 1992, fichó por Lancia, la escudería con más prestigio del mundo todoterreno, pero el HF Integrale y su terrible fiabilidad precipitaron la salida del bicampeón a Subaru, donde fue dos veces consecutivas subcampeón. De hecho, en 1995, el español perdió ante Collin McRae debido a una lesión, aunque le hubiera valido con ser sexto en el rally que se perdió par lograr su tercera corona.

El Matador firmó su regreso a Toyota, aunque los japoneses fueron penalizados con dos años sin competir por ilegalidades en el turbo de los Celica. Tras dos años pilotando para Ford, por fin pudo volver al equipo con el que ganó dos Mundiales, pero a 500 metros de la línea de meta en el último tramo del último rally del año, una biela se rompió, evitando que Sainz ganase el esperado tricampeonato y dejando para la historia el desesperado grito del copiloto Luis Moya: "¡Trata de arrancarlo, Carlos, trata de arrancarlo, por Dios!"

Sus últimos años en el WRC dejaron buenas actuaciones, pero Sainz no volvió a ser el mismo después de la debacle del Rally de Gran Bretaña 1998. Tras abandonar el Mundial de Rallies en 2004 (corrió dos pruebas sueltas en 2005), se apuntó con Volkswagen al Dakar, corriendo cinco ediciones, en las que dominó, aunque solo pudo llevarse una victoria, en 2010, tras sufrir problemas mecánicos en 2007 y accidentes en 2009 y 2011.

Tras un fuerte accidente con un buggy en 2014, fichó por Peugeot, donde abandonó dos veces consecutivas en 2016 y 2017 por problemas mecánicos y un duro golpe respectivamente; en ambas ocasiones era líder de la prueba. Después de romper la mala racha en 2018 con su segundo Touareg, se marchó a Mini, donde marcó en dos años un perfecto resumen de su carrera: una avería y una victoria, su tercera en el desierto.

Durante los últimos años, nada ha cambiado. Con Audi, sufrió un grave accidente en 2023 antes de ganar su cuarto Dakar en 2024, la última temporada de la marca alemana. En su segundo regreso a Ford, Sainz tenía buenas perspectivas, pero un accidente y la posterior retirada de su coche han acabado por descarrilar la que podría haber sido su primera defensa de un título importante por primera vez desde 1988.

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